Aunque tomemos mil precauciones en casa, no es raro que alguna vez suframos algún tipo de quemadura en la piel producida por fuego, calor, electricidad, radiación o productos químicos. Para que la lesión no se agrave, lo más importante es actuar rápidamente y de la forma correcta. Veamos cómo...

  • Enfriar. Nada más producida la quemadura, se debe bajar la temperatura de la zona quemada poniéndola bajo un chorro de agua fría, hasta que el dolor se alivie. También se pueden utilizar compresas estériles humedecidas.

  • ¡Al médico! Todas las quemaduras de segundo y tercer grado requieren atención médica de urgencia. Cualquier quemadura extensa y las que se producen en cara, cuello, manos e ingles, aunque sea superficiales, pueden dar lugar a complicaciones, por lo que también deben ser vistas por un médico.

  • Higiene. Cuando la piel se quema, puede infectarse fácilmente. La zona dañada debe limpiarse a conciencia durante las primeras horas y mientras está cicatrizando.

  • Precaución... ¿Después de varios días la quemadura segrega líquido, la piel se vuelve roja o aparece un dolor punzante? Son posibles signos de infección, y hay que acudir al médico de inmediato.

  • ¡No tocar! Las ampollas nunca deben manipularse pinchándolas o retirando la piel.

  • Remedios caseros. Aunque pueden ser útiles (sólo en quemaduras superficiales), no siempre son recomendables, pues hay riesgo de infección. Hay que usar medicamentos recetados por el médico.

  • Antitetánica. Una quemadura es una herida expuesta a la contaminación por todo tipo de gérmenes y virus, y más aún si la piel ha estado en contacto con animales u objetos de metal oxidados. El médico puede aconsejar al paciente ponerse la inyección contra el tétanos si no se ha vacunado en los últimos diez años.

Grado a grado

  • De primer grado: Afectan a la capa más externa de la piel (epidermis). La piel está roja y dolorida. Hay escozor o picor.

  • De segundo grado: Aparecen ampollas dolorosas en la piel.

  • De tercer grado: La piel está gravemente lesionada en todas sus capas. La superficie de la piel no duele. Puede ser necesario eliminar las áreas más deterioradas y sustituirlas por injertos.


Este tipo de accidentes son frecuentes en los hogares donde hay niños y personas mayores.

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