No hay que asustarse si nos sangra la nariz, porque suele deberse a una situación de poca importancia, pero sí es necesario saber cómo actuar correctamente para frenar la hemorragia.


La mucosa del interior de la nariz está llena de pequeños vasos sanguíneos. Cuando se rompe alguno de ellos se produce una hemorragia nasal que, aunque “escandalosa” por la abundancia de sangre que sale a veces, se controla bien si se hace de la manera adecuada.

1. Siéntate en postura erguida con la cabeza ligeramente inclinada hacia delante. No te tumbes, puesto que esa posición hace que aumente la presión sanguínea en la cabeza y que el sangrado nasal sea más difícil de parar.

2. Comprime con presión constante los orificios de la nariz durante diez minutos con los dedos índice y pulgar envueltos en un pañuelo, mientras respiras por la boca. De este modo, se comprime el vaso sangrante y la sangre se coagulará, cerrando la rotura del vaso.

3. Si el sangrado tarda más en ceder, introduce una gasa en la nariz durante unos minutos más.

Precauciones básicas:

  • No te suenes la nariz durante las doce horas siguientes, para ayudar a que la sangre seca mantenga taponado el punto de sangrado.

  • No eche la cabeza hacia atrás. Así no tragarás la sangre que puede provocarte náuseas o vómitos.

  • Un sangrado demasiado abundante puede ser peligroso. No hay que tardar en acudir al servicio de urgencias de un hospital o centro médico, donde sabrán que hacer para bloquear la hemorragia. En casos –muy infrecuentes– en los que haya perdido una gran cantidad de sangre puede requerirse una transfusión sanguínea.

Puede deberse... 

  • A un golpe o rotura del tabique nasal.

  • A hurgarse con excesiva fuerza o muchas veces en la nariz.

  • A un catarro nasal (rinitis) o alergia (rinitis alérgica).

  • A una hipertensión muy elevada.

  • A la toma de medicamentos como los anticoagulantes o los antiagregantes.

  • A una desviación del tabique nasal.

  • A enfermedades de la sangre, problemas de coagulación o tumores en la cavidad nasal (en casos mucho menos frecuentes).

  • A la sequedad de la mucosa nasal producida por un ambiente seco (como cuando hay aire acondicionado) o por sustancias químicas irritantes.

“Me sangra la nariz a menudo”

Algunas personas tienen vasos sanguíneos muy superficiales en la mucosa nasal que se rompen con facilidad al sonarse, restregarse o golpearse la nariz. En estos casos, para prevenir el sangrado, el médico puede recomendar la cauterización del vaso, procedimiento simple e indoloro.

No te asustes si alguna vez te sangra la nariz, pero si te pasa con frecuencia, consúltale al médico.

 

 

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