Tóxicos domésticos: Extrema la precaución para evitar riesgos

Veamos cuáles son los peligros que pueden suponer algunos de los productos químicos de uso común más tóxicos y cómo debemos actuar en caso de intoxicación.

Las intoxicaciones graves por ingesta, inhalación o contacto con productos de limpieza, disolventes, plaguicidas y otros químicos de uso doméstico habitual son más frecuentes de lo que pudiera parecer, sobre todo en domicilios donde hay niños pequeños, personas mayores o discapacitados psíquicos, que pueden estos productos. Estas sustancias, que en su correspondiente etiqueta se suelen definir como “muy tóxicas”, “nocivas”, “abrasivas” o “corrosivas”, pueden ocasionar graves lesiones gastrointestinales y quemaduras en la piel y en las mucosas. Todos podemos estar expuestos a riesgos serios para nuestra salud si no adoptamos cuidadosas medidas de conservación, manipulación y uso de estos productos:

 ✔ Sigue cuidadosamente las instrucciones de empleo indicadas en las etiquetas de los envases de los productos tóxicos. 

Sitúate en lugares ventilados para su manipulación. 

Mantén los productos tóxicos en sus envases originales y sin quitar las etiquetas. Si no fuera posible, viértelos en otros recipientes que no se presten a confusión y etiquétalos claramente. Nunca guardes productos tóxicos en botellas o recipientes que puedan confundirse con alimentos o bebidas. 

Guarda todos los productos tóxicos en un mismo lugar; a ser posible, cerrado y alejado de productos alimenticios.

Lejía y amoniaco

Se utilizan para la limpieza de superficies por su acción antigérmenes, antivirus y desodorizante. En el caso de la lejía, también se utiliza para la desinfección del agua (en forma de cloro) y para blanquear textiles. 

La ingesta de estos productos puede dar lugar a irritación y hasta corrosión de la mucosa digestiva (primordialmente bucal y faríngea), lo que se puede traducir en náuseas y vómitos (en ocasiones, sanguinolentos) y dolor de estómago.

 ✔ En caso de ingesta de amoniaco, el tratamiento de urgencia consiste en administrar vinagre o zumo de limón.

  Si lo que se ha ingerido es lejía, se suele recomendar la administración de agua o leche, aunque la eficacia de esta medida no está demostrada. 

En cualquier caso, la persona intoxicada nunca debe tomar vinagre o zumo de limón.

Como norma general, nunca debe provocarse el vómito en estos casos, pues ello supondría volver a exponer al esófago a una nueva irritación o agravar la que ya se haya producido. En ambos casos, es urgente el traslado de la persona al servicio de urgencias de un hospital.

La inhalación de los gases que emanan estos productos puede ocasionar irritación de las vías respiratorias. Lo normal es que la persona se recupere tras unos minutos sin mayor consecuencia, para lo cual deberá alejarse de la atmósfera contaminada, si bien igualmente deberá ser valorada por un médico. 

El contacto con la piel puede dar lugar a dermatitis, por lo que es importante lavarse con abundante agua sin demora. 

Si estos productos entraran en contacto con los ojos, hay que lavarlos lo más rápidamente posible con abundante agua durante al menos quince minutos y trasladar al afectado a un centro hospitalario para que lo valore un oftalmólogo. 

Aguarrás

Llamado también aceite de trementina, es incoloro y se obtiene del tronco de ciertas plantas. Se utiliza como disolvente y como pulimento de muebles, y es componente de muchos productos domésticos. 

Puede dar lugar a diversos problemas tóxicos, ya que se absorbe tanto por vía cutánea como por vía respiratoria y digestiva. 

La ingestión de productos que contienen trementina puede dar lugar a síntomas graves por la irritación en el tracto digestivo a la que pueden dar lugar. 

El tratamiento en estos casos debe llevarse a cabo en un hospital, al que debe trasladarse al afectado lo antes posible.

Raticidas

Los matarratas son especialmente peligrosos, puesto que su toxicidad es la misma para los roedores que para los humanos, por lo que hay que actuar de inmediato ante la mínima sospecha de Antoxicación, que suele ocurrir generalmente por ingestión, puesto que en la mayoría de los casos los primeros síntomas no aparecen hasta pasadas ocho o doce horas. 

Al contener sustancias anticoagulantes, una de las complicaciones más graves puede ser la aparición de hemorragias externas e internas, además de estado mental alterado y mareo, entre otras. 

Alternativas más naturales

Es posible exponernos a menos toxicidad en casa. Está demostrado que productos naturales que se han usado tradicionalmente para la limpieza proporcionan resultados higiénicos muy similares a otras sustancias químicas más agresivas. 

Por ejemplo:

✸ El vinagre deja brillantes los suelos de loseta y de madera, y además elimina la grasa de todo tipo de superficies (horno, vitrocerámica, campana extractora…).

✸ El limón y el bicarbonato sódico también tienen acción antigrasa. El bicarbonato diluido con un poco de agua además elimina el ennegrecimiento de los metales.

✸ Los jabones caseros elaborados con diferentes ingredientes según el uso que les vayamos a dar, es otra fórmula para disfrutar de un entorno, en medida de lo posible, un poco más saludable.

 

 

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