Estos bultos benignos en el pecho son habituales durante los años de nuestra menstruación, pero deben ser diagnosticados siempre.

¿Qué es?

"Son unas protuberancias en las mamas cuya causa es hormonal. La glándula mamaria sufre cambios y transformaciones a lo largo del ciclo menstrual (y de la vida de la mujer), provocando que los conductos del pecho se dilaten, acumulen líquido en su interior y se formen quistes cuyo tamaño puede variar. Asimismo, otras partes del tejido glandular aumentan formándose una fibrosis", explica Esther Suárez Agustín, doctora de la Unidad de la Mujer del Hospital Ruber Internacional de Madrid y miembro de Top Doctors.

¿Hay riesgos?

Los quistes que se forman son siempre benignos y no poseen potencial de volverse malos, es decir, no hay mayor riesgo de padecer un cáncer de mama. Ahora bien, siempre que aparece un bulto en la mama hay que hacer el diagnóstico para que no pase de largo cualquier otra enfermedad.

Cuando el tejido mamario tiene un grado marcado de mastopatía, puede hacer que la mama sea muy densa, y por lo tanto más difícil de controlar, tanto por la palpación como al hacer el estudio con la mamografía.

Común entre los 30 y 50 años

Las mamas fibroquísticas se dan más durante los cambios hormonales y cuando tenemos más estrógenos. Por ello, aunque pueden presentarse a cualquier edad, es más habitual después del inicio de la menstruación (y con más frecuencia de los 30 a los 50 años) que en la menopausia.

¿Bulto o tumor?

La historia clínica del paciente, sus síntomas y la exploración revelan datos sobre si el bulto es benigno.

Un nódulo de consistencia elástica, móvil y no adherido a planos profundos no suele dar problema. No obstante, hay que recurrir a la ayuda de las técnicas de diagnóstico por imagen para asegurarse. Según la edad, los antecedentes y los datos de la exploración, habrá que realizar una mamografía, una ecografía mamaria y, si hay dudas, una punción para su estudio.

Síntomas y tratamiento

Sobre todo, dolor en el pecho, que suele producirse de forma cíclica a lo largo del mes, como consecuencia del aumento del volumen de los quistes. El objetivo del tratamiento es disminuir este dolor. Se puede realizar mediante antiinflamatorios orales, aunque también tu ginecólogo puede prescribirte hormonas, habitualmente progesterona en crema.

En algunas ocasiones, cuando los quistes adquieren gran tamaño, se pueden puncionar para vaciarlos y así aliviar la tensión. Si son pequeños no se vacían para evitar que puedan infectarse al manipularlos.

60% de las mujeres las padecen por un desequilibrio de las hormonas sexuales

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