Cremas de noche: Para una piel renovada y más luminosa

Combinando la protección de la piel durante el día con la reparación por la noche, es posible retardar los signos de envejecimiento y lucir una piel joven y sana por más tiempo. Los cuidados nocturnos son una parte esencial para poder mantener una piel joven por más tiempo. 


Por la noche, mientras dormimos, las células reciben una mayor cantidad de oxígeno y los tejidos de la piel se regeneran mucho más rápido, haciendo frente a las agresiones que ha sufrido durante el día. Durante el sueño, la piel activa sus funciones reparadoras y todos sus sistemas de producción de elementos vitales para su renovación.

Por ello, la piel está más receptiva por la noche y tiene mayor capacidad de absorción de los ingredientes de las cremas, lo cual ayuda a prevenir la flacidez y a combatir todo tipo de arrugas, tanto las de expresión como las de la edad.

Entre los principios activos que se absorben mejor durante la noche y que, por tanto, proporcionan mejores resultados destacan el colágeno y la elastina, y otros que, por ser fotosensibles, no pueden usarse de día, como la vitamina A y el ácido glicólico, que ayudan a eliminar las manchas de la piel.

Según los dermatólogos y especialistas en belleza, alrededor de las tres de la mañana la síntesis de colágeno en la piel alcanza su punto máximo. El colágeno da firmeza a la piel.

También se activa la microcirculación en los vasos y capilares sanguíneos y se refuerza el drenaje de agua, lo que permite una eliminación más eficaz de las toxinas. Además, la permeabilidad de las células es mayor, lo cual facilita los intercambios celulares.

Por ello, cuando las horas de descanso no son suficientes, la regeneración celular es menos eficaz: la piel se desequilibra y, al no poder cumplir sus funciones nocturnas, envejece más rápidamente.

Nutrición intensiva

Mientras que las cremas de día tienen como misión fundamental aportar hidratación, luminosidad y protección a la piel frente a los agentes externos que la perjudican (contaminación, sol, sequedad ambiental…), las cremas de noche aportan nutrición intensiva, por lo que contienen principios activos diferentes y más concentrados. No contienen filtros solares, porque en este caso son innecesarios.

Las cremas para la noche poseen activos que se liberan muy lentamente, lo que les permite actuar a profundidad. Una de las principales funciones de los tratamientos nocturnos es la nutrición. Gracias a ellos la piel recibe sustancias de las que a veces carece, como vitaminas y antioxidantes, indispensables para su tersura y suavidad. 

La piel recibe otros beneficios de los tratamientos de noche: sus fórmulas suelen tener ingredientes reparadores, reafirmantes, antioxidantes, regeneradores, antiarrugas y blanqueadores.

Respecto a la textura, las cremas nocturnas suelen ser más untuosas porque incorporan mayores concentraciones de activos.

Tratamiento día/noche

Uno de los principales consejos de belleza para una piel saludable, joven y bonita es una adecuada combinación de una crema de día y otra de noche. Combinando la protección de la piel durante el día con la reparación por la noche, es posible retardar los signos de envejecimiento y lucir una piel joven y sana por más tiempo. 

Una crema de noche se puede utilizar perfectamente durante el día, eso sí, compensando la falta de filtros con otra crema de protección solar, media en otoño e invierno y alta en primavera y en verano.

Cuida tu piel según tu edad 

  • A partir de los 25 años: Es la mejor etapa para empezar a cuidar la piel en profundidad ya que es el momento en que comienzan a aparecer las primeras arrugas.
  • Y desde los 45 años: Esta atención es imprescindible a diario, porque el descenso de la actividad hormonal ocasiona que la piel de la mujer vaya perdiendo progresivamente su grosor, tersura, hidratación y luminosidad.

Repara tu piel paso a paso

Es fundamental preparar todas las noches nuestra piel, como si de un ritual se tratase, para que la función regeneradora pueda realizarse de la manera más efectiva posible.

Este es el procedimiento que ofrece mejores resultados: 

  1. Lo primero que debes hacer es aplicar un gel limpiador, eliminando así posibles restos de maquillaje o un exceso de grasa. Puedes combinar esta acción utilizando un exfoliante.

  2. Una vez limpio tu rostro, es conveniente que utilices un tónico para eliminar las posibles impurezas que hayan quedado. Este tónico además refrescará tu piel y ayudará a cerrar tus poros abiertos.

  3. Solo queda el último, pero no por ello menos importante: aplicar la crema de noche. Hazlo salpicando el rostro primero con una pequeña cantidad de crema (del tamaño de un garbanzo) en cuatro puntos clave: frente, barbilla, nariz y mejillas. Extiende la crema con movimientos de dentro a fuera, realizando un suave masaje hasta que el producto penetre bien. Termina aplicando crema también en el cuello, masajeando la piel desde la barbilla hacia el escote.

Tanto las pieles secas como las que tienden a los brillos necesitan que las nutramos y las hidratemos con una buena crema de noche.

 

 

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