A menudo, enfermedades “silenciosas” como la hipertensión arterial o la diabetes o el colesterol elevado dan sus primeros síntomas en forma de daños en la retina y en otras áreas oculares. Si nos hacemos un examen de fondo de ojo de manera rutinaria, podemos anticiparnos a estos serios trastornos y prevenir la pérdida de visión.


¿Qué es?

El estudio del fondo de ojo –también llamado oftalmoscopia– es una prueba diagnóstica que consiste en la observación del interior del globo ocular, para determinar si hay alteraciones en la retina, en la mácula (zona central de la retina, encargada de la visión fina), en la papila óptica (cabeza del nervio óptico, que conduce los estímulos visuales al cerebro) o en los vasos sanguíneos del ojo. 

¿Cuál es el procedimiento?

Existen varias modalidades, pero en todos los casos el paciente normalmente permanece sentado o semitumbado hacia atrás y el oftalmólogo acerca a ambos ojos –primero a uno y después al otro– un instrumento óptico que proyecta una luz muy brillante. El paciente deberá mirar a un punto fijo distante, evitando pestañear.

El examen es indoloro y suele durar entre cinco y diez minutos.

¿En qué casos se realiza?

El examen de fondo de ojo forma parte de cualquier revisión oftalmológica rutinaria completa.

Además de para hacer un posible diagnóstico de enfermedades oculares propiamente dichas (el glaucoma, entre otras) o llevar un control de las mismas también los médicos de medicina general suelen indicar este examen sobre todo para controlar la evolución de enfermedades como la diabetes o la hipertensión arterial, y también es importante en el seguimiento de la miopía avanzada (muchas dioptrías), ya que en estos casos la estructura ocular puede dañarse, pudiendo originar, en determinados casos, una pérdida visual importante o completa. Algunas alteraciones oculares también tienen que ver con el colesterol elevado.

¿Se necesita preparación previa?

El paciente no tiene que prepararse de ningún modo especial para esta prueba. Eso sí, debe informar a su médico si toma algún tipo de medicación, si padece alergia a algún medicamento y si padece o tiene antecedentes familiares de glaucoma.

Para los tipos de oftalmoscopia que así lo exigen, el oftalmólogo aplica unas gotas en el interior de ambos ojos para dilatar completamente la pupila y poder ver el interior del ojo con claridad.

¿Tiene algún riesgo?

No hay riesgos importantes en condiciones normales. No obstante, puede darse alergia al colirio utilizado durante la exploración, con síntomas como irritación o picor.

Al dilatarse la pupila, el ojo pierde su capacidad de enfoque, por lo que la persona ve borroso durante algunas horas, mientras las gotas están haciendo efecto. El ojo ese momento estará más sensible a la luz, por lo que es importante el uso de gafas de sol y evitar la conducción de vehículos mientras la visión no haya vuelto a la normalidad por completo.

¿Cada cuánto tiempo hay que hacerse esta prueba?

La revisión que se realiza en los establecimientos ópticos no es suficiente para asegurarnos de que tenemos una buena salud ocular, porque no se examina la estructura interna del ojo.

Para ello es fundamental pasar por la consulta del oftalmólogo al menos una vez al año, o con la frecuencia que éste nos recomiende si tenemos riesgos especiales.

¡DIABÉTICOS E HIPERTENSOS!

El fondo de ojo prueba permite detectar posibles complicaciones de ambas enfermedades, ya que la buena o mala salud de los vasos sanguíneos de la retina refleja el estado de todo el sistema vascular.

 

 

TELÉFONO DE ATENCIÓN

900 818 779

contacto@clubgentesaludable.com

 


SABER VIVIR COMUNICACIÓN, S.L.

Apdo. Correos 8106

28080 Madrid

El presente sitio web utiliza cookies, propias y de terceros, para la mejora de nuestros servicios y de su experiencia como usuario, así como para ofrecerle publicidad relacionada con sus preferencias mediante el análisis de sus hábitos de navegación. Si continúa navegando consideramos que acepta su uso.