Todos sabemos lo importante que es una higiene bucal completa a diario. Y tú, ¿la practicas correctamente?


Es uno de los hábitos de higiene más básicos e imprescindibles, puesto que gracias a él prevenimos las caries, la sensibilidad dental y los trastornos de encías, que pueden ser el comienzo de otros problemas serios de salud.

Aunque tres cuartas partes de la población española asegura cepillarse los dientes al menos un par de veces a diario, todavía el 4% de los padres reconoce que sus hijos no se cepillan nunca los dientes, y se ha constatado también que la higiene bucodental de los mayores de 65 años deja bastante que desear. Saber cómo cepillarse los dientes, terminando con el hilo dental y el enjuague, es el primer paso para tener una boca sana.

  1. Cepillamos todos los dientes por fuera (las superficies dentales que están en contacto con los labios y mejillas), desde el centro hacia cada lado.

  2. Cepillamos todos los dientes por dentro (las superficies que están en contacto con la lengua y paladar).

  3. Cepillamos las caras de los dientes con las que mordemos (la zona superior de los dientes de abajo y la inferior, en los de arriba). Siempre desde atrás hacia delante.

  4. Cepillamos la lengua y el interior de las mejillas.

  5. Repasamos con hilo dental los espacios interdentales y terminamos con enjuague bucal (aguantándolo en la boca 20 segundos).

¿Cómo debe ser el cepillo?

  • El cabezal debe ser de mediano a pequeño, para facilitar el acceso a todas las zonas de la boca.

  • Las cerdas deben tener la punta redondeada y una dureza media o suave.

  • La anchura y longitud del mango tienen que ser suficientes: ni muy pequeño ni muy grande, para manejar el cepillo con facilidad.

  • La vida media de un cepillo es de tres meses. Superado ese tiempo debe sustituirse por otro nuevo, aunque no aparente estar desgastado.

  • Los cepillos eléctricos son cómodos de usar y permiten apurar la limpieza de las zonas más inaccesibles de la dentadura.

  • Nunca deben compartirse. El cepillo de dientes es un artículo de higiene absolutamente personal. 

El 78% de los españoles se cepillan los dientes dos o más veces al día.

Las mujeres cuidan su higiene oral más que los hombres.

El movimiento al cepillarnos

  • En vertical: Es la técnica de cepillado más correcta. Se realizan movimientos suaves de arriba a abajo y de abajo a arriba, como “barriendo” las paredes dentales. La superficie de masticación de los molares se cepilla de fuera a dentro.

  • En círculos: Si se prefiere, se pueden hacer movimientos circulares por todas las superficies de los dientes. El mango del cepillo debe estar en paralelo al diente y las cerdas, perpendiculares.

  • En horizontal: Esta técnica es la recomendable para los niños más pequeños, al ser más simple. Los movimientos en este caso son de vaivén (derecha-izquierda), siempre sin presionar la encía.

Claves del cepillado

  • 3 veces al día: Es muy importante cepillarse los dientes después de todas las comidas principales (desayuno, comida y cena), en los diez minutos siguientes a haber terminado de comer. Así eliminamos los restos de comida que hayan quedado entre los dientes y frenamos la formación de placa.

  • 2 minutos mínimo: La duración de cada cepillado tiene que ser de dos o tres minutos.

  • No comer ni beber nada después: Después de cualquier cepillado, pero sobre todo del nocturno, no se debe comer ni beber durante al menos media hora, para que los dientes permanezcan limpios. 

¿Cómo debe ser el cepillo?

  • El cabezal debe ser de mediano a pequeño, para facilitar el acceso a todas las zonas de la boca.

  • Las cerdas deben tener la punta redondeada y una dureza media o suave.

  • La anchura y longitud del mango tienen que ser suficientes: ni muy pequeño ni muy grande, para manejar el cepillo con facilidad.

  • La vida media de un cepillo es de tres meses. Superado ese tiempo debe sustituirse por otro nuevo, aunque no aparente estar desgastado.

  • Los cepillos eléctricos son cómodos de usar y permiten apurar la limpieza de las zonas más inaccesibles de la dentadura.

  • Nunca deben compartirse. El cepillo de dientes es un artículo de higiene absolutamente personal.

El uso del HILO DENTAL

Este elemento se utiliza como complemento del cepillado, puesto que este suele ser insuficiente para limpieza del hueco que existe entre los dientes (espacios interproximales). Es muy recomendable consultar al odontólogo si podemos usar el hilo dental con normalidad –puesto que hay casos en los que está desaconsejada– y que nos enseñe a utilizarlo, puesto que si no lo hacemos correctamente podemos lesionar nuestras las encías.

Existen dos técnicas para su utilización:

  • Técnica del carrete: Se corta un trozo largo de hilo y se sujeta entre los dedos índice y pulgar de ambas manos. Se va enrollando el exceso en los índices y soltando hilo limpio cada vez que cambiemos de diente dentro de la boca, manteniendo siempre en tensión el fragmento que estamos utilizando.

  • Técnica del lazo: Es más sencilla sobre todo para los niños pequeños. Se corta un trozo de hilo, anudando sus extremos entre sí, formando un círculo. Este arco se sujeta con los dedos índices extendidos. Se va pasando entre los dientes, desplazándolo para utilizar un trozo de hilo limpio en cada espacio interdental.

 

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