Aprender idiomas. La edad no es un obstáculo

“Aprender un segundo idioma es cosa de jóvenes”. Esta frase, tan extendida, es falsa. En la edad madura también es posible llegar a dominar otra lengua. Y no tiene más secreto que tener ganas y dedicarle tiempo. Entonces, ¿a qué esperas para ponerte a ello?

Siempre se dice que es mucho más fácil aprender un idioma cuando somos niños que hacerlo de adultos. Que los pequeños son como esponjas. Y nos maravillamos porque pueden hablar dos o más lenguas casi sin darse cuenta. Pero a medida que envejecemos parece que todo se complica, que aprender un idioma es una tarea difícil e, incluso, que llegar a ser bilingüe en la madurez es una meta poco realista. Sin embargo, no todo está perdido.

Está claro que cuanto antes se empiece a estudiar un idioma, mejor, y que existe un periodo de tiempo sensible durante el cual nuestro cerebro tiene una mayor receptividad para el lenguaje. En esa etapa es cuando la adquisición de una segunda lengua se realiza con más facilidad y en eso todos los expertos coinciden.

Pero si aceptamos la idea de que no se puede adquirir una segunda lengua de adulto, significaría que solo podemos aprenderla durante un tiempo limitado y, de momento, sabemos que no es así.

El neurólogo Thomas Bak, profesor de la Universidad de Edimburgo, aclara que «hay que desterrar la idea de que no se puede aprender una lengua de adulto. Creo que es una idea muy extendida, y probablemente sea peor en el Reino Unido que en España. Nuestro cerebro está construido naturalmente tanto para aprender lenguas temprano como para aprenderlas más tarde». Además, Bak insiste en que aprender un idioma es una actividad excelente para mantener las capacidades cognitivas y que ayuda a mejorar el funcionamiento del cerebro, independientemente de la edad a la que se haya empezado.

Hablar como un nativo

La lingüista Barbara Abdelilah- Bauer confirma que «todos tenemos una habilidad universal para aprender una segunda lengua», pero que existe un periodo durante el cual el cerebro está más preparado para ello. Hasta los 5 o 7 años es posible aprender dos idiomas como un nativo, pudiendo tener, así, una competencia lingüística similar en las dos lenguas. Aunque existen otros factores que pueden influir en ese aprendizaje, uno muy importante es el fisiológico: la laringe infantil es más flexible y está más abierta a modular toda clase de sonidos.

Otro factor a tener en cuenta es el de las habilidades lingüísticas de cada uno. Hay personas que tienen más facilidad para aprender idiomas debido a sus aptitudes personales, de la misma forma que hay otras que son mejores en otros campos como pueden ser las matemáticas, el dibujo o la música.

El psicolingüista François Grosjean también coincide en que la edad no es una barrera para aprender una segunda lengua, pero matiza que lo más complicado de adquirir es la pronunciación y la acentuación. Por eso muchos adultos no logran tener un nivel suficiente en ese aspecto. El motivo es que después de los 12 o 13 años parece más difícil adquirir el acento de una persona nativa, ya que con la pubertad se empiezan a perder paulatinamente dos habilidades fundamentales en el aprendizaje de un idioma. Primero, la capacidad de reproducir correctamente los nuevos sonidos y, segundo, la capacidad de aprender por imitación. Aun así, Grosjean aclara que un 5 por ciento de las personas contraviene esa regla y logra un dominio de la segunda lengua casi igual que el de la primera. Así que no todo está perdido: se puede aprender un idioma y hablarlo con bastante fluidez pasados los 50 e incluso los 60 años.

Motivación y constancia

Por último, no olvidemos que la motivación y la cantidad de tiempo invertido en el aprendizaje de una segunda lengua son factores importantes para llegar a tener éxito. Es necesario que ese aprendizaje sea constante y continuado durante varios años, así como hablarlo con frecuencia. Como indica Bárbara Abdelilah-Bauer, «podemos hacernos bilingües sea cual sea nuestra edad, siempre y cuando estemos motivados y seamos constantes en su uso»

APRENDER UN NUEVO IDIOMA AYUDA A MANTENER INTACTAS LAS CAPACIDADES COGNITIVAS

 

Toma nota… estrategias para ser bilingüe

Hablar un idioma no es como montar en bicicleta. Si no se practica, se oxida. Es un proceso continuo que no tiene un final claramente marcado. Sin duda, el deseo y la necesidad de comunicarse favorecen la adquisición espontánea de una lengua en cualquier situación, junto con estos otros factores:

Mantente motivado. Este es el factor más importante para que aprender una segunda lengua sea un éxito. A mayor interés, menos tiempo tardarás en aprender. Si además entra en juego el factor "necesidad", el aprendizaje se acelerará.

Dedícale tiempo y sé constante. Aprender un idioma es un proceso que requiere un esfuerzo diario y continuado que debe prolongarse durante varios años. Es necesario que le dediques, al menos, un 20 por ciento de tu tiempo, según estudios de la Universidad de Miami.

Sumérgete en esa lengua. Rodéate de la cultura del idioma que quieres aprender. Haz todo lo posible por pensar en esa lengua, incluso hablar contigo mismo. Escribe, escucha música, ve películas, escucha la radio en ese idioma…

Practica, interactúa y háblalo. Aprovecha todas las oportunidades para hablarlo, sin miedo a hacerlo mal. Se aprende incluso al equivocarse. El uso y la interacción con otras personas potencia el aprendizaje: si solo te limitas a la comprensión, los resultados no serán tan satisfactorios.

Elige la lengua que más te vaya. Cada idioma tiene sus dificultades, pero aprender uno que pertenezca a tu misma familia lingüística puede ser un poco más sencillo. En nuestro caso, las lenguas románicas como el italiano o el francés.

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