Aunque es habitual con la edad, no hay que resignarse a padecer este trastorno que produce ganas de orinar a todas horas.

Se habla más a menudo de los tumores de próstata porque se han convertido ya en el segundo cáncer más común en los hombres, aunque recordemos que hasta un 90% de los casos se curan si se detectan en la primera fase de la enfermedad.

Por suerte, no todos los problemas que pueden afectar a esta glándula masculina son de tanta gravedad. Uno de los más frecuentes, pero de carácter más inofensivo, es la hiperplasia benigna de próstata, que suele aparecer con la edad en buena parte de los varones.

¿En qué consiste?

La próstata es la glándula que se encarga de la producción del líquido seminal que, junto con el esperma, compone el semen. Tiene el tamaño de una nuez y se encuentra bajo la vejiga, rodeando a la uretra, que es el conducto que lleva la orina al exterior.

Con la edad, es muy habitual que la próstata crezca de tamaño, por lo que termina comprimiendo la uretra y obstruyendo el flujo urinario. Este crecimiento (hiperplasia) en sí mismo no entraña ningún peligro y por ello decimos que es de carácter benigno.

Posibles complicaciones

Cuando la próstata está inflamada, impide que la vejiga se vacíe de una vez en cada micción, lo que provoca que el varón sienta ganas de orinar casi constantemente, lo cual es especialmente incómodo durante la noche, ya que el sueño se interrumpe con facilidad por este motivo. Esta retención de orina puede afectar al funcionamiento del riñón o producir infecciones (cistitis) o formación de piedras en la vejiga.

Aunque sólo ocurre en el 1 o 2% de los casos, la dificultad inicial para orinar con normalidad puede dar lugar a que haya una retención aguda de orina, que resulta dolorosa y necesita atención médica urgente. De ahí que, antes las primeras molestias, haya que acudir sin demora al médico.

Ojo a los síntomas

Los síntomas relacionados con la micción que produce este trastorno no son específicos de él, sino que otras enfermedades pueden producir molestias similares. Por este motivo, todos los varones con problemas al orinar deben siempre consultar a un médico de familia –como primera consulta– o bien acudir a un urólogo, que es el especialista en este tipo de dolencias.

Tratamientos

Si las molestas son leves y no hay complicaciones, los urólogos habitualmente optan por no indicar ningún tratamiento. Para los casos en que los síntomas son demasiado incómodos y han derivado en otros problemas, existe medicación eficaz de diversos tipos. En algunos pacientes en los que la enfermedad está más avanzada es posible practicar una intervención quirúrgica mediante endoscopia o mediante otras técnicas (termoterapia por microondas, electrovaporización, resección por láser…) para eliminar el tejido prostático crecido.

¿Qué síntomas se tienen?

  • Sensación de micción imperiosa o apremiante.
  • Ganas de orinar muy a menudo durante el día y por la noche.
  • Flujo urinario (chorro) débil o interrumpido.
  • Dificultad para comenzar a orinar.
  • Escozor durante la micción.
  • Sensación de que la vejiga no queda completamente vacía tras orinar.
  • Goteo residual después de orinar. A veces, pérdidas involuntarias de orina.

Diagnóstico certero

Puesto que la próstata suele presentar síntomas parecido incluso tratándose de trastornos diferentes, a menudo es necesario llevar a cabo diversas pruebas médicas que ayudan al urólogo a acertar con el diagnóstico, entre ellas, las siguientes:

  • ANÁLISIS DE SANGRE, en el que se determinan los niveles de antígeno prostático (PSA). Si se detecta una elevación anormal de esta proteína, que es producida por las células prostáticas, hay sospecha de hiperplasia benigna de próstata, pero también puede ser indicador de tumores o infecciones.
  • TACTO RECTAL, mediante el cual el urólogo puede comprobar si realmente el tamaño de la próstata está o no aumentado, así como su consistencia y si produce dolor. Aunque algo molesta, esta exploración no es dolorosa.
  • ANÁLISIS DE ORINA, para estudiar si están funcionando bien los riñones.
  • FLUJOMETRÍA, para detectar las características de la micción (duración, volumen de orina, etc.).
  • ECOGRAFÍA, para comprobar si la vejiga se vacía completamente o no al orinar.

 

No lo dejes... Aunque no tengas molestias, a partir de los 40 años se recomienda a todos los varones realizarse un examen anual de la próstata, especialmente si tienen antecedentes familiares con cáncer de próstata.

 

 

 

 

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