Los dientes están protegidos por el esmalte –la cubierta dura exterior que observamos a simple vista–, y por el cemento radicular –que protege la raíz del diente por debajo de la encía–.


En el interior del diente está la dentina, que contiene una sustancia llamada líquido tubular dentinal, que llega a la pulpa del diente a través de unos conductos denominados túbulos dentinales. Cuando se deteriora el esmalte, estos túbulos quedan desprotegidos, y así la saliva y los alimentos que comemos entran en contacto con el líquido tubular dentinal. ¿Qué ocurre entonces?

Con los líquidos o alimentos calientes el líquido tubular dentinal se dilata y se mueve, estimulando las terminaciones nerviosas de la pulpa dentaria. Lo mismo ocurre con el frío, por contracción. El resultado de estos estímulos es el dolor o sensibilidad dental.

Para prevenirlo:

  • Usa un cepillo dental suave, sin presionar en exceso los dientes, ni tampoco las encías. Si no sabes si te cepillas bien, pregúntale a tu dentista o a un higienista dental.

  • No abuses de blanqueadores dentales potentes sin control del odontólogo, ya que abren los túbulos dentinarios y los dejan desprotegidos.

Si ya tienes los dientes sensibles:

  • Usa un dentífrico especial para este problema. Si la pasta que usas es abrasiva y de mala calidad puede dañar el esmalte de tus dientes.

  • Después del cepillado, usa un colutorio especial para sensibilidad dental. Cómpralo en la farmacia.

  • Si además de dientes sensibles tienes las encías inflamadas, te sangran al cepillarte y/o se te mueven algunas piezas dentales), ponte en manos ya mismo de un dentista. Son posibles síntomas de gingivitis o periodontitis.

Mucho cuidado con...

  • Los ácidos: El excesivo consumo de alimentos y bebidas ácidas (cítricos, yogur, vino) y de refrescos con gas ácidos favorecen la sensibilidad si no se tiene una buena higiene dental.

  • El uso de ortodoncias y prótesis: También en esos casos hay que esmerarse en la higiene para que no quede afectado el esmalte.

  • El exceso de placa bacteriana dental: Produce ácidos que contribuyen a abrir los túbulos dentinales.

  • El bruxismo: Al friccionar los dientes unos contra otros, el esmalte se va deteriorando, por lo que esta es otra causa muy frecuente de sensibilidad dental.

  • El mal hábito de mordisquear objetos: Morder bolígrafos, palillos, las uñas, y también sujetar con los dientes alfileres, clavos o tornillos daña el esmalte dental.

Visita al dentista al menos una vez al año. Estarás a tiempo de prevenir problemas como este.

 

 

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