Si tomas cualquier medicamento y conduces, infórmate de si puede producirte algún efecto secundario que altere tus capacidades. Si es así,evita ponerte al volante...

La conducción implica una sucesión continua de percepciones sensoriales. Mientras maneja un vehículo, el conductor recibe una gran cantidad de información a través de los sentidos, fundamentalmente de la vista y el oído, que le permiten tomar decisiones para ejecutar las maniobras necesarias, con precisión y rapidez, en las diferentes situaciones del tráfico.

Estas capacidades pueden alterarse de forma temporal o permanente por la ingesta de determinados medicamentos. De hecho, en España, los medicamentos son responsables de hasta un 5% de los accidentes que registran nuestras carreteras y vías urbanas. Y más de un 17% de los conductores afirma estar bajo tratamiento farmacológico.

El Reglamento General de Circulación vigente en España especifica que: “No podrá circular por las vías el conductor que haya ingerido o incorporado a su organismo drogas tóxicas, o se encuentre bajo los efectos de medicamentos u otras sustancias que alteren el estado físico o mental apropiado para hacerlo sin peligro”. Para ello hay motivos más que suficientes.

Distintos efectos

Los medicamentos pueden afectar a la conducción de muy diversas formas:

  • Somnolencia
  • Reducción de los reflejos y del tiempo de reacción
  • Alteración de la percepción de las distancias
  • Hiperactividad, nerviosismo
  • Reducción de la visión
  • Estado de aturdimiento
  • Alteraciones musculares: espasmos, calambres…


Nos lo advierten por escrito

El prospecto de los medicamentos advierte, de manera reglamentaria, los efectos adversos sobre la utilización de maquinaria y conducción de vehículos que pueden aparecer con el consumo de determinados medicamentos.

Esta advertencia no siempre es tan efectiva como debería ser, puesto que a menudo el prospecto no se lee por descuido o no se entiende, lo cual es habitual especialmente en el caso de las personas mayores.

Con el fin de dejar más clara la advertencia de riesgo vial, los medicamentos que pueden reducir la capacidad para conducir o manejar maquinaria peligrosa lleven un pictograma en su envase que así lo indica.

Hay que tener en cuenta que un mismo fármaco podría no producir ningún efecto a una persona, pero sí perjudicar de forma significativa a otra. Lo que no plantea ninguna duda es el efecto nocivo del alcohol, y más aún si se consume junto con medicamentos, puesto que aumenta el posible efecto adverso de los mismos.

Ojo con los medicamentos “naturales”

No solo hay que tener cuidado con los medicamentos de síntesis química, sino también con los que se elaboran a base de plantas o otras sustancias de origen natural. Aunque tengan un efecto más suave y supuestamente carezcan de contraindicaciones, en determinados casos pueden producir igualmente efectos que interfieran en la conducción.

Especialmente precavidos debemos ser con los fármacos que se venden en herbolarios y otros establecimientos que no sean farmacias. Si no van acompañados de un prospecto en el que se especifique con claridad si pueden perjudicar a lo conductores, lo más sensato es no tomarlos en ningún caso. La seguridad es lo primero.

Ante cualquier tipo de duda, una vez más, la regla de oro: consultar al médico o al farmacéutico.

Enfermedades incompatibles

Algunas enfermedades impiden conducir porque sus síntomas pueden ser peligrosos, motivados o no por los medicamentos. Entre ellas están:

  • La apnea del sueño
  • La epilepsia
  • La depresión
  • Las alergiasLos trastornos mentales

En situaciones más leves, pero que ocasionan dolor o fiebre (como un catarro o una gripe), si no podemos evitar conducir, para prevenir accidentes de tráfico es muy conveniente extremar la precaución:

  • Incrementando la distancia de seguridad
  • No sobrepasando el límite de velocidad establecido en la vía por la que se circula
  • Evitando maniobras forzadas e innecesaria
  • Prestando la máxima atención en los cruces, intersecciones, incorporaciones y pasos de peatones

TELÉFONO DE ATENCIÓN

900 818 779

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