Muchas personas que han sufrido un infarto no se atreven a retomar su día a día con normalidad. Sin embargo, disfrutar de una buena calidad de vida es posible. Sólo hay que seguir una serie de pautas y hacer caso al cardiólogo.

 “¿Cómo vuelvo a la normalidad?”

Poco a poco y sin prisas. Diferentes estudios demuestran que el 70% de las personas que han sufrido un infarto de miocardio recuperan su vida cotidiana sin apenas secuelas.

El primer paso que hay que dar es considerar al cardiólogo nuestro nuevo “amigo”, ya que él nos indicará y hará un seguimiento del tratamiento que debemos seguir. Además de la medicación diaria, los especialistas recomiendan llevar siempre encima nitroglicerina, un fármaco que aumenta el flujo sanguíneo coronario, para poder tomarla inmediatamente en caso de un incipiente infarto.

Es fundamental adoptar un estilo de vida saludable. Los cardiólogos aconsejan ante todo:

  • Dejar de fumar: Abandonar este hábito reduce la mortalidad en pacientes coronarios. Seguir fumando multiplica por tres el riesgo de volverlo a padecer.

  • Controlar los niveles de tensión, colesterol y glucosa: Cuando estos tres factores presentan niveles elevados, las probabilidades de tener un infarto aumentan. La tensión arterial debe estar por debajo de 130/80 mm Hg, mientras que el colesterol total no debe superar los 175 mg/dl. El límite máximo de glucosa será 180 mg/dl, siempre y cuando sea después de comer (en ayunas, los niveles deben ser inferiores a 125 mg/dl).

  • Relajarse: Hay que tomarse la vida con tranquilidad sin exponernos, en la medida de lo posible, a situaciones que puedan alterar nuestro estado de ánimo y provocarnos estrés. 

“¿Puedo reincorporarme al trabajo?”

El cardiólogo no sólo tiene que conseguir que el paciente siga su tratamiento médico y huya de los factores de riesgo. Además le animará a retomar su vida normal, lo más parecida a la que llevaba antes del infarto, lo que incluye volver al trabajo.

Dejar de trabajar les produce una sensación de invalidez nada recomendable. Para algunas personas, es más angustioso vivir sin trabajar que el trabajo en sí mismo. Por ello, y a no ser que el médico no lo vea conveniente, el paciente puede reincorporarse al mundo laboral poco a poco. En todo caso, habrá que tener en cuenta las características del puesto y las funciones que va a desempeñar, ya que, si estar expuesto a mucha tensión nerviosa o realizar tareas que requieran un gran esfuerzo físico puede ser peligroso.

“¿Descanso o me muevo?”

Aunque estos pacientes no deben realizar esfuerzos físicos demasiado intensos, sí se les aconseja realizar ejercicio de forma regular y acorde a su estado de salud.

Mantenerse en forma no sólo les ayuda a sentirse mejor, sino que también les permite controlar su peso y los niveles de colesterol, tensión y azúcar en sangre.

Como la vuelta al trabajo, el retorno a la actividad física no debe ser brusca. La evolución podría ser:

  • 1ª semana: Caminar por casa y subir escaleras pausadamente.

  • 2ª semana: Es hora de salir a la calle para pasear por parques y zonas tranquilas. El recorrido no debe durar más de 15-20 minutos.

  • 3ª semana: Se puede ir prolongando el tiempo de paseo e introducir algunos ejercicios suaves.

  • 4ª semana: Si nos encontramos con ánimo, es el momento de intensificar poco a poco la actividad física. Algunos hospitales ofrecen clases de rehabilitación cardiaca bajo un programa de ejercicios físicos supervisados.

“¿Recuperaré mi vida sexual?”

  • ¡Sin ningún problema! Tras un infarto de miocardio, la vida sexual no tiene porqué desaparecer ni ser menos placentera. Hay que tener en cuenta que el gasto energético que se produce durante el coito es similar al que se produce al subir a un segundo piso por escaleras.

  • A tu propio ritmo. La frecuencia cardiaca durante el acto sexual es inferior a la que se experimenta con otras actividades cotidianas. Por lo tanto, cuando el paciente comienza a llevar una vida más activa, y siempre que su médico dé el visto bueno, puede volver a disfrutar con la pareja.

  • Más autoestima. Retomar la vida sexual no sólo le proporciona satisfacción personal; también ayudará a estar de mejor ánimo, más relajado y con más energía.

Tu meta personal

  • Deja el tabaco.
  • Sigue una alimentación equilibrada baja en sal y grasas, y en la que predominen las frutas, las verduras, el pescado y el aceite de oliva.
  • Haz ejercicio físico siempre dentro de tus posibilidades.
  • Controla el peso.
  • Tómate la vida con tranquilidad.
  • Aléjate de los factores de riesgos cardíacos, como son los niveles altos de tensión, colesterol y azúcar.


Alrededor de 70.000 personas sufren un infarto agudo de miocardio en España cada año. De ellas, el 82 % de las mujeres y el 92% de los hombres logran superarlo.

 

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