Conservar ese bonito tono dorado que el verano ha dejado en tu cuerpo es posible. ¿Cómo? Con algunos cambios en tu menú y una hidratación adecuada.

Aunque las vacaciones ya sean solo un recuerdo, el calendario todavía nos regala días muy buenos para disfrutar del aire libre y lucir el bronceado. Es el momento de tomar algunas medidas para prolongar tu buen color y aportar una hidratación extra que alivie la sequedad.

Alimenta tu bronceado

Algunos productos contienen determinados nutrientes que potencian la acción de la melanina, controlan la aparición de manchas y ayudan a reparar los daños del sol en la piel. ¿Cuáles son?

Tomates, zanahorias, mango, papaya, calabaza, espinacas, brócoli, acelgas, melocotón, perejil y espirulina integran grandes dosis de betacarotenos y alfacarotenos, con vitamina A y retinol que ayudan a sintetizar la melanina.

Los cítricos, el kiwi y la papaya contienen vitamina C, un potente antioxidante que ayuda a preservar el estado de la dermis y estimula la formación de colágeno.

Soja, aguacate y aceite de oliva son muy ricos en vitamina E cuyas propiedades antioxidantes y cicatrizantes son esenciales para proteger la piel tras la exposición al sol.

Los pescados azules y las nueces son una buena fuente de ácidos grasos Omega-3. Nos ayudan a cuidar la piel evitando su deshidratación y protegiéndola de las agresiones del sol.

Rituales de belleza

Duchas frías. Evita el agua caliente, ya que hace que el bronceado desaparezca mucho más rápido. Los baños de agua caliente pueden provocar la deshidratación de la piel y, en muchos casos, que ésta se descame y termine «pelándose».

Exfoliación. Realízala al menos una vez a la semana para eliminar las células muertas acumuladas. Así el tono de tu piel será más uniforme y libre de manchas y, a la larga, te ayudará a mantener el color durante más tiempo.

Hidratación de cuerpo y cara. La deshidratación se manifiesta en falta de suavidad y elasticidad y, sobre todo, en la aparición de arrugas, sobre todo en los pómulos y el contorno de los ojos. Hidrata tu cuerpo con crema de cacao y aceite de coco que, además de prolongar el bronceado, le proporciona un brillo único. En el rostro aplica una mascarilla una vez a la semana y un sérum a diario, antes de la crema, para darle un plus de hidratación.

Autobronceador. Si, aun así, ves como el moreno se va decolorando en algunas zonas, mezcla la crema autobronceadora con la hidratante corporal y aplícatela cada día después de la ducha.

Té sobre la piel

Para mantener el color más tiempo, lávate la cara con una infusión de té o aplícalo con un algodón. Quedará un tono más uniforme. Después, hidrata muy bien la piel para que no se reseque, ya que es astringente.

Agua elixir de belleza

Consumir mucha agua es también importante para mantener tu piel hidratada desde el interior. Así mejorarás su elasticidad y ayudarás a evitar la aparición prematura de arrugas en el rostro y estrías en el cuerpo. Lo recomendable es beber alrededor de dos litros distribuidos a lo largo del día. También son recomendables los zumos naturales y los refrescos, siempre que no contengan azúcar ni alcohol.

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