SABER VIVIR COMUNICACIÓN, S.L.
Ni la mejor escuela ni los mejores libros o materiales escolares son suficientes. Se necesitan más herramientas y tanto los padres como los profesores pueden cambiar la forma en la que los niños se enfrentan al nuevo año escolar.
Aprendo y me divierto
"Para lograrlo debemos empezar desde edades tempranas dando ejemplo, haciendo de modelo y logrando que su atención se dirija hacia tareas educativas apropiadas para su edad en vez de dejarse llevar por otras más adictivas y “pasivas”.
Debemos inculcarles una buena disposición a aprender, haciendo con ellos tareas educativas: Leer, investigar sobre un tema concreto, ver documentales, visitar museos, ayudándoles a mejorar su memoria, atención, capacidad de esfuerzo con juegos educativos y dinámicas divertidas", señala la psicóloga Raquel Fernández, del Centro de Psicología Conductual en León.
Disciplina y cariño
Si carece de la motivación intrínseca para estudiar sólo nos queda apelar a la extrínseca, dejando que sean las buenas notas, los premios y elogios o bien “escapar del castigo” los que le motiven. "Nos coordinaremos con los profesores para trabajar en la misma dirección., aumentando las competencias del alumno y reforzando sus avances. Lo mejor es el refuerzo de sus aprendizajes con elogios, premios que consistan en divertirse juntos, y ocasionalmente algún regalito por su esfuerzo y dedicación. Exigir al alumno en función de sus posibilidades con disciplina y cariño es la fórmula.
Expresa tu entusiasmo y emoción por lo que va a aprender en el nuevo año. Aumenta su motivación por contagio
¿Amenazas? Evítalas
Si nos imponemos y amenazamos con consecuencias negativas y castigos sólo conseguiremos nuestro objetivo de forma inmediata o como mucho a corto plazo.
Además, una figura demasiad autoritaria puede conseguir acabar deteriorando la relación paterno filial (tan necesaria una vez alcanzada la adolescencia de nuestros hijos).