Dolor de cabeza infantil ¿Hay que preocuparse?

Está decaído e irritable, no quiere jugar, le molesta la luz... ¿Le pasa esto muy a menudo a tu hijo o hija? Quizá tenga cefaleas y no sabe decírtelo. Incluso la migraña puede aparecer en la más tierna edad.


No es raro que los niños, incluso desde muy pequeños, se quejen de que “les duele la frente” debido a la fiebre. Estas cefaleas suelen ser leves y ceden con el reposo o con la toma de analgésicos, al igual que en la edad adulta.

Fuera de un proceso febril, con mucha frecuencia el dolor de cabeza en los niños es de origen tensional: el nerviosismo y el estrés emocional puede dar lugar a contracciones musculares en las cervicales, en la espalda y en la propia cabeza que produzcan ese dolor agudo.

Otras cefaleas están relacionadas con defectos de visión no tratatados: si el pequeño tiene miopía, hipermetropía, astigmatismo, estrabismo o un ojo vago y no utiliza gafas correctoras, tendrá que hacer un sobreesfuerzo visual que terminará dando lugar a ese dolor de cabeza del que a menudo se queja. Lo mismo ocurre si usa unas gafas que no están adaptadas a su graduación. No olvidemos que las dioptrías pueden ir aumentando significativamente a medida que el niño va creciendo.

Una infección dental, auditiva, ocular, o del sistema nervioso, una bajada de azúcar o una elevación de la tensión arterial también se manifiestan a menudo con dolor de cabeza. En estos casos, el dolor puede ser intenso y no cede fácilmente.

Los episodios más graves pueden presentarse en relación a procesos severos, como trastornos del sistema nervioso central, tumores o hemorragias, que suelen generar dolores muy bruscos que llaman la atención de los padres y de los especialistas. Por suerte, estos últimos son muy raros en la edad infantil.

Si tras haber realizado todo tipo de pruebas no se encuentra un motivo que esté produciendo los dolores de cabeza, no hay que descartar que puedan estar relacionados con alteraciones psicológicas, como, por ejemplo, una depresión infantil.

Migraña en niños

La migraña no es una enfermedad solo de adultos; en niños también se diagnostica con elevada frecuencia, aunque en los pequeños las crisis migrañosas (dolor intenso y pulsátil en uno de los lados de la cabeza) tienden a ser menos intensas y más breves. También los síntomas comúnmente asociados a este tipo de dolor de cabeza (vómitos, sensibilidad a la luz, sudoración, aumento del pulso) suelen remitir con mayor rapidez que en los mayores. 

Hay varios tipos de migrañas, en función de cómo se presentan.

  • La denominada migraña común es de inicio más o menos brusco, dura varias horas y suele acompañarse de náuseas y vómitos. Antes del dolor de cabeza puede presentarse síntomas como destellos de luz o extrema sensibilidad a los olores.

  • Y la migraña compleja, menos frecuente en la edad infantil, se asocia a síntomas relacionados con el sistema nervioso que acompañan al dolor de cabeza.

Aún no se conoce con exactitud el origen de la migraña, pero sí sabemos que tiene un importante componente hereditario y que pueden desencadenarla factores como ciertos alimentos o el cansancio.
 

De cabeza al pediatra

  • Si los niños padecen dolores de cabeza con frecuencia, tienen que ser valorados por el pediatra para tratar de identificar la causa.

  • En los casos de migraña esporádica, el tratamiento sintomático debe darse precozmente, puesto que la eficacia que se obtenga será mayor.

  • La toma de analgésicos o triptanes muy continuada puede favorecer la cronificación de la migraña. En el caso de los niños que necesitan tomar medicamentos sintomáticos para el dolor de cabeza durante más de diez días al mes, hay que plantearse el uso de un medicamento preventivo. La última generación de este tipo de fármacos, manejados por manos expertas, son seguros y se toleran muy bien.

El médico hará un reconocimiento completo al niño para identificar los factores que desencadenan el dolor, y así podrá encontrar el mejor tratamiento.

Presta atención

Los niños de muy corta edad no saben expresar bien cuándo, cómo o por qué les duele la cabeza. Por ello, los padres tiene que estar atentos ante situaciones anormales como:

  1. Un dolor de cabeza muy intenso, o que no deja de aumentar en intensidad con el paso del tiempo.

  2. Una cefalea que aumenta cuando el pequeño cambia de postura, o tiene una rigidez en la nuca que hace que el niño no pueda doblar la cabeza hacia delante, pues le duele muchísimo al hacerlo.

  3. Otros signos imprecisos, como movimientos raros o convulsiones. Ante estos síntomas no hay que alarmarse, pero siempre va a ser necesario que el niño sea visto en un servicio de urgencias.


La duración del dolor de cabeza y su intensidad nos permiten reconocer el tipo de cefalea que padece el niño de cabeza al pediatra.

 

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