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¡Qué dolor!

Son varios los motivos que producen molestias articulares. Saber diferenciarlos es vital para plantar cara a la artritis reumatoide.

El dolor articular puede deberse a varios motivos: desde el producido por una lesión puntual o una infección causada por un virus hasta el que es producto de enfermedades como la artritis reumatoide. ¿Cómo podemos distinguirlos? Cuando se trata de una lesión, el dolor remite con un tratamiento y no vuelve a aparecer. Sin embargo, en afecciones como la artritis, la inflamación de las articulaciones es crónica y no se da siempre en una articulación determinada.

Un día podemos quejarnos de dolor en el hombro y al mes siguiente en la rodilla, sin haber sufrido ninguna caída. En el caso de la artritis reumatoide, además, cada vez hay menos tiempo entre que se quita el dolor en una articulación y aparece en otra.

¿Artritis o artrosis? A pesar de que son enfermedades completamente diferentes, es habitual que las confundamos debido a que ambas comparten síntomas como la rigidez articular, el dolor y la deformidad. Sin embargo, la artritis es de naturaleza autoinmune, puede afectar a mujeres jóvenes y dañar otros órganos, mientras que la artrosis es un problema degenerativo que solo afecta a las articulaciones y está asociado al envejecimiento y a las lesiones del cartílago.

Artritis reumatoide, lo que debes saber

Los datos: En España afecta a más de 200.000 personas. Las mujeres la padecen de 2 a 3 veces más que los hombres. Cada año se Diagnostican 20.000 casos.

Diagnóstico: Detectar la enfermedad en una fase temprana constituye el indicador más fiable para el éxito de su tratamiento (mejor en los tres primeros meses de desarrollo).

Síntomas: Inflamación de las articulaciones acompañada de dolor y rigidez. Dificultad para realizar tareas de la vida cotidiana como abrir un bote de rosca o vestirse.

Causas: Los factores genéticos son la causa en un 60% de los casos. El tabaquismo, la obesidad y el estrés aumentan el riesgo de padecer esta enfermedad.

Tratamiento: El reumatólogo realizará uno personalizado atendiendo a varios indicadores (por ejemplo, la revisión del grado de inflamación en cada articulación).

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