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Un refuerzo para los huesos
Los expertos señala que el cardo mariano podría ayudar en la prevención de la osteoporosis, puesto que el principio activo más potente de la silimarina, la silibinina, favorece la formación del hueso.
Amigo del hígado
Los frutos del cardo mariano se han utilizado desde hace más de dos mil años para tratar diversas afecciones hepáticas como la cirrosis, la hepatitis o la ictericia, dado que sus principios activos contribuyen a la regeneración del hígado. Mediante estudios realizados en la última década se ha descubierto que la silimarina es eficaz especialmente en casos de alteraciones hepáticas producidas por alcohol y en las de origen vírico.
Bloqueador de toxinas
El cardo mariano estimula la producción de glutatión, una sustancia que funciona como desintoxicante celular. Además fortalece las membranas exteriores de las células, ayudando a que las toxinas no penetren en ellas.
Actúa contra los radicales libres
Según apuntan numerosos estudios, la silimarina del cardo mariano es uno de los antioxidantes más potentes de la naturaleza, con importante actividad frente distintas enfermedades iniciadas o agravadas por los radicales libres, como la isquemia cerebral.
¿Cómo tomarlo?
Aunque las hojas tiernas del cardo mariano se pueden comer como otros cardos silvestres, sus mayores beneficios los aportan sus semillas molidas procedentes de las flores secas. Estas semillas son la parte de la planta que se emplea para elaborar preparados químicos de cardo mariano en forma de gotas o cápsulas.
Recuerda que, como el resto de plantas medicinales con indicación terapéutica, debe adquirse en establecimientos de confianza para tener todas las garantías de eficacia y seguridad. Puedes encontrar estos preparados en parafarmacias, supermercados y herboristerías. Antes de tomarlos, consulta a tu médico.