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¿Sabías que los granos de café, cuando se recolectan de la planta, son de color verde? Se vuelven de color marrón en el proceso de tueste (torrefacción), y cuanto más se tuesta el grano, más se oscurece y más fuerte es su sabor.
En cambio, el denominado “café verde”, aunque se somete a los mismos procesos de desgranado, lavado, secado y descascarillado, no pasa por la torrefacción, que destruye parte de sus antioxidantes naturales (polifenoles). Por este motivo, el café verde contiene más polifenoles que el café tostado.
Un exceso de radicales libres, producido por el proceso del envejecimiento, la radiación solar, las infecciones, la contaminación, el tabaco o el estrés, puede dañar nuestras células. Los polifenoles del café, como el resto de los antioxidantes, neutralizan la acción de los radicales libres, por lo que numerosos estudios científicos los relacionan con la prevención de enfermedades cardiovasculares y de algunos tipos de cáncer, como el de próstata o el de colon.
Más beneficios
Pero el café tiene otros efectos beneficiosos en el organismo:
- Mejora el rendimiento de la actividad física y mental, ya que disminuye la sensación de fatiga y la somnolencia. Además, mejora la memoria, así como el estado de alerta y bienestar.
- Investigaciones científicas apuntan a que el café puede contribuir a disminuir el ácido úrico, la tensión arterial en casos de hipertensión moderada y la glucosa después de comer en personas con diabetes.
¿Sabías que...?
La industria cosmética utiliza el extracto de café verde en tratamientos de belleza –como muchas cremas faciales antiedad– debido a sus propiedades antioxidantes. En terapias anticelulíticas y adelgazantes, este extracto ayuda a reducir la acumulación de grasa corporal.
Los polifenoles del café verde ayudan a combatir el envejecimiento prematuro y previenen algunas enfermedades.