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Durante su edad fértil, la mujer tiene la menstruación con una frecuencia más o menos regular. La media es cada 28 días, que es lo que suele durar cada ciclo mensual. Por ello, tener un sangrado inesperado fuera de la regla (metrorragia) es una situación desconcertante que hay que consultar con el ginecólogo cuanto antes. Puede deberse a diferentes causas, y conviene conocerlas.
- Causas ginecológicas. Un sangrado anómalo en una mujer fértil se debe, con mucha frecuencia, a la aparición de pólipos o miomas en el útero. Otras causas pueden ser lesiones en el cuello uterino o que exista algún tumor ginecológico. Entre otras alteraciones, también habría que descartar que se trate de un embarazo que se haya complicado. Cuando el sangrado sucede pasado un año de la fecha de la última regla se llama metrorragia postmenopáusica.
- Otras causas. Los trastornos del tiroides o relacionados con la coagulación, así como algunos problemas hepáticos y renales, pueden dar lugar a sangrados vaginales anormales. Ciertos medicamentos también los pueden originar. Aunque una importante disminución de peso corporal (como en el caso de las mujeres que padecen anorexia) puede producir ausencia de regla, en ocasiones se puede producir el efecto contrario y desencadenarse sangrados fuera de la regla.
Pruebas para el diagnóstico
Si visitar al especialista por un caso de metrorragia te asusta, tranquilízate: la mayor parte de las pruebas diagnósticas que te realizará se toleran bien y se realizan de manera ambulatoria. Entre otras, las más habituales son:
- Citología y ecografía vaginal: Permiten al especialista valorar las características del útero y de los ovarios.
- Histeroscopia: Con esta técnica se puede ver el interior de la cavidad uterina, permitiendo también la toma directa de biopsias y, si procede, realizar el tratamiento oportuno (por ejemplo, quitar un pólipo).
Tratamiento: hormonal o quirúrgico
En la mayoría de los casos, para eliminar la causa de un sangrado anómalo basta con un tratamiento farmacológico, con frecuencia de tipo hormonal, que además actuará como método anticonceptivo. Es posible que la mujer pueda elegir entre las diferentes formas de administración de este tipo de tratamiento (oral, vaginal, transdérmica, intramuscular, subcutánea o intrauterina). En otras ocasiones es necesaria una intervención quirúrgica. Cuando exista anemia, también será necesario tomar suplementos de hierro.
Tú eliges...
Vivir con la incertidumbre de cuándo vas a tener un nuevo sangrado “sospechoso” afecta a tu bienestar y puede ser un riesgo importante para tu salud. Por eso, no pierdas tiempo. Confía en tu ginecólogo, porque hay soluciones.
Incluye en tu dieta cereales integrales, legumbres y vegetales verdes. Así facilitarás la disponibilidad de hierro en tu organismo.
Cuidado, hay riesgo de anemia
Además de ser una posible manifestación visible de algún problema de salud, el principal inconveniente que acarrean estos sangrados a destiempo es que, si suponen una pérdida de sangre abundante, puede terminar desencadenando una anemia ferropénica, que habría que atajar cuanto antes porque puede tener serias repercusiones en todo el organismo.
Por otra parte, más allá de sus riesgos para la salud de la mujer, no cabe duda de que un sangrado abundante, si además es imprevisible, supone una pérdida de calidad de vida incluso en los casos en los que no llega a aparecer la anemia.
En todos estos casos, independientemente de la cantidad de sangrado que se tenga, es muy importante pedir cita con el médico.