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Cuando las rodillas y la cadera se desgastan, puede ser el momento de recurrir a un implante de prótesis articular. Conoce todo acerca de estas intervenciones.
Las articulaciones son los conectores de nuestros huesos. Aproximadamente, nuestro cuerpo tiene más de doscientas articulaciones que, al igual que cualquier otra parte del cuerpo, se desgastan con el paso de los años. Las articulaciones que con más frecuencia sufren este deterioro son las rodillas y las caderas, por lo que en muchas ocasiones, se requiere la implantación de prótesis.
Prótesis de cadera
La cadera une la cabeza del fémur con el hueso de la pelvis. Cuando se desgasta con gran intensidad se produce un fuerte dolor, puede aparecer alguna deformidad y el movimiento queda limitado hasta producir cojera.
La intervención quirúrgica corrige todos estos problemas. De hecho, pocos días después, podrás incorporarte y caminar, aunque será el médico quien te asesore sobre este aspecto. Es posible que, durante los primeros días, te recomiende usar bastón o andador.
Como en cualquier intervención quirúrgica pueden existir riesgos. La mayor complicación es una posible infección. Durante las primeras semanas debes evitar ciertas posturas y movimientos bruscos porque la prótesis puede aflojarse, romperse o desplazarse de su sitio. La duración de una prótesis de cadera es de unos quince años. En cuanto a las actividades que puedes emprender tras la intervención, dependerá de tu edad y del tipo de prótesis que te hayan implantado.
En principio, pasado el tiempo de recuperación, podrás volver a realizar tus actividades cotidianas vestirte, asearte, etc.), sin limitaciones. También podrás hacer ejercicio suave, como caminar. En algunas ocasiones puede fallar esta prótesis. En ese caso, será necesario proceder a un recambio de la misma. Esto significa una nueva intervención quirúrgica en la que se retira la prótesis anterior para colocar una nueva.
Prótesis de rodilla
Se implanta cuando existe un avanzado deterioro e inflamación de la articulación de la rodilla. Suele deberse a la artritis reumatoide o a lesiones producidas durante la actividad deportiva o en cualquier otra en la que una o ambas rodillas “trabajan” en exceso. La intervención se suele llevar a cabo en ciertos casos en los que el tratamiento con antiinflamatorios, fisioterapia u otras medidas terapéuticas no calman el dolor, por lo que que llega a incapacitar a la persona para realizar sus tareas cotidianas.
Las prótesis son reproducciones de los huesos de la rodilla; de metal, resinas o material cerámico, que se colocan en el lugar de la articulación. Este tipo de cirugía actualmente es muy segura. Si tras la intervención pasas mucho tiempo sin moverte, hay un alto riesgo de trombosis en la extremidad intervenida.
Para reducir este riesgo, tras la intervención es fundamental mover la pierna y levantarse de la cama cada cierto tiempo. Los especialistas suelen recomendar que se lleve un vendaje de presión durante unos días tras la operación, así como el tratamiento con fármacos.
¿Hay que seguir cuidados especiales?
Para que la rodilla operada vuelva a estar en forma, hay que hacer ejercicios de fisioterapia que te recomendará tu médico. Poco a poco, la movilidad de esta articulación mejorará y se reducirá el dolor al andar. En unas semanas, podrás prescindir del bastón y caminar sin ayuda.
No tengas miedo, todas las prótesis pueden mejorar tu calidad de vida.
Prevén el desgaste de tus articulaciones
Una vida saludable siempre puede ayudar a prevenir un mayor desgaste.
- Mantén un peso saludable: el sobrepeso tiene un impacto negativo en los huesos, ya que realizan más esfuerzo.
- Practica algún tipo de ejercicio moderado, como la natación.
- Otros ejercicios recomendados para evitar el desgaste de cadera y rodilla son el yoga, la bicicleta estática o el pilates.
- Las personas que tienen tendencia a consumir más sus articulaciones deben evitar hacer deportes como el footing o spinning, ya que este tipo ejercicio ocasiona un fuerte impacto en las rodillas, debido a la posición que adoptan los pies, que ejerce mucho estrés en las rodillas.