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Estas Navidades tus niños van a ser como angelitos

Caídas, gritos, carreras, platos rotos y nervios, muchos nervios. ¡Se acabó! Este año te damos las claves para que tus reuniones familares no se conviertan en una pesadilla de Navidad...

La felicidad inunda las casas en estos días de fiestas. Todos esperamos risas, armonía, paz y amor. Pero, lo cierto es que si hay un grupo de niños en la reunión, la tranquilidad y el equilibrio no está plenamente garantizado. De hecho, pueden terminar peleando, cayéndose o haciendo demasiado ruido. Si vas a reunirte con tu familia, amigos y tus hijos, asegúrate de tener el control.

En el caso de que tu hijo tenga menos de un año puedes seguir con su rutina habitual. Puede comer o cenar antes que los adultos para que lo haga de forma más tranquila. Pero si es mayor de esa edad, la situación puede complicarse un poco más. Es natural que tu hijo se reencuentre con otros niños de su edad, por lo que puede estar más intranquilo.

Límietes también en Navidad

  • “Sé bueno” “pórtate bien”... Son frases que muchos padres dicen justo antes de llegar a la reunión familar con sus hijos. Y son correctas; de hecho, serían grandes propósitos para el próximo año. Pero, lo cierto es que son demasiado generales. Los más pequeños entienden mejor órdenes más concretas y precisas como: “No grites” o “No corras tan cerca de la mesa”.

  • Cierto grado de libertad reduce su resistencia: ¿Cuántas veces te ha pasado que le pides que haga algo y no te obedece? No pierdas los nervios, hay truco. Hazle ver que tiene una posibilidad limitada para decidir cómo cumplir tus órdenes. Por ejemplo, imaginemos que es la hora del baño. Puedes preguntarle: “¿Te duchas o prefieres un baño?”. Esta sensación de libertad de elección eliminará cualquier posible resistencia del niño.

  • Sé firme: Son días en los que hay que ser un poco más flexibles, pero eso no quiere decir que abandones la firmeza en cuestiones importantes o, especialmente, cuando tu hijo te cuestione algo. Imaginemos que el pequeño se descontrola y tira juguetes al suelo. Los límites no debes fijarlos gritando. Procura hablar con un tono de voz segura, sin gritos y con gesto serio en tu cara.

  • Destaca lo positivo: Los niños son más receptivos a los consejos de los padres si es de forma positiva. En vez de decir “no grites”, debes decir: “habla más bajo”. Funcionará.

  • Hazle entender: Es muy recomendable que, cuando le pidas algo a tu hijo, piense que ese mandato es una forma de prevenir algún tipo de situación peligrosa para él o, simplemente, que es beneficioso para él. No se trata de mandar por mandar. Pero no intentes razonar con él como si fuera un adulto. Frases cortas e ideas sencillas y claras.

  • Las conductas son malas pero los niños, no: Es esencial que dejes claro que lo que ha hecho el niño es lo que está mal, no que el niño sea malo. Antes de decir “eres malo”, deberíamos decir “eso está mal hecho".

  • Controla tus emociones: Los nervios pueden jugarte una mala pasada. Ante una mala conducta, respira antes de echarle una reprimenda.

 

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