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Nutricosmética: Belleza ingerida

En cápsulas o preparados bebibles, estos cosméticos actúan desde el interior del cuerpo para mejorar tu aspecto exterior. ¿Te animas a conocerlos?

Situados a medio camino entre la ciencia médica y la industria cosmética, estos suplementos nutricionales se presentan en forma de bebidas o cápsulas que prometen efectos tan diversos como combatir la celulitis, potenciar el bronceado o tensar el óvalo facial. La oferta actual de nutricosméticos es amplia y variada, casi tanto como las dudas respecto a la eficacia de estos productos.

Muy bien aceptados en Japón y en los Estados Unidos –más de la mitad de la población toma algún suplemento cosmético–, esta tendencia sigue creciendo en la mayor parte de Europa, aunque en España los consumidores no llegan al 30 por ciento.

¿Qué son los nutricosméticos?

El reglamento europeo los define como «productos alimenticios para complementar la dieta, consistentes en fuentes concentradas de nutrientes, comercializados en forma de cápsulas o polvos y que deben tomarse en pequeñas cantidades». Luz García del Toro, farmacéutica y directora de comunicación de Arkopharma y Plante System, matiza: «La nutricosmética está basada en el aporte de nutrientes por vía oral y su ventaja es que consigue una acción general en el organismo. Si, por ejemplo, buscamos efectos en la piel, toda ella recibirá los activos de forma uniforme». 

¿Cuáles son sus principales ingredientes?

En gran parte contienen extractos de frutas, té verde y  coenzima Q10. También tienen gran importancia los polifenoles, como el resveratrol, el colágeno y las vitaminas A, C y E. El último activo introducido para ganarle la partida al tiempo ha sido el ácido hialurónico, un polisacárido que se utiliza como material de relleno en medicina y que ahora también se consume por vía oral. Tradicionalmente, los más vendidos en nuestro país son los complementos de cosmética capilar: los destinados a fortalecer el cabello y prevenir su caída. Tras ellos se sitúan los fotoprotectores por vía oral y los complementos antioxidantes, y, en últimas posiciones, los anticelulíticos y los que se emplean para el cuidado de la piel en general. El objetivo de sus ingredientes es aportar al organismo los nutrientes necesarios para mejorar el aspecto y la salud de la piel, cabello y uñas. También pretenden ralentizar la aparición de las arrugas, frenar la flacidez, aumentar la densidad cutánea,  luchar contra la celulitis y evitar la retención de líquidos.

¿Qué parte del cuerpo se beneficia más?

El doctor Jiménez Ucero, autor del libro Los secretos de la nutricosmética (Planeta), cree que esta «es buena para el cuerpo, la cara, los cabellos y uñas e, incluso, para el perfil de los ojos». Y añade que en la cara «ayuda a corregir las arrugas gracias al ácido hialurónico extraído de pescado, y puede prolongar hasta en un 25 por ciento la duración de los tratamientos estéticos que se practican inyectándolo. Los betacarotenos, presentes en muchos de los preparados, pueden ayudar a proteger la piel de la agresión solar». 

¿Por qué usar nutricosméticos?

Si son complementos con ingredientes que, en general, forman parte de nuestra dieta, ¿no bastaría con una buena alimentación? Jiménez Ucero opina que «incluso en las dietas más equilibradas pueden existir carencias». Si a esto añadimos que la producción de sustancias como la elastina y el colágeno –responsables de la tersura de la piel– disminuyen con la edad y el estrés, quizá la alimentación no sea suficiente. Además, existen etapas como la menopausia en las que los cambios hormonales influyen sobre la piel y el cabello, y también hay nutrientes que benefician al organismo pero que este no puede fabricar.

¿Son seguros y efectivos?

La Unión Europea exige a los fabricantes de nutricosméticos, entre otras cosas, que estos sean seguros, estables y que los ingredientes formen parte de la composición del producto en las cantidades recomendadas. Sin embargo, deben utilizarse de forma racional: un exceso de antioxidantes puede tener la acción contraria a la esperada, y si las vitaminas liposolubles (A, D, E y K) se acumulan, su exceso también es perjudicial. Por lo tanto, son buenos pero no conviene abusar. García del Toro nos recuerda que, con las dosis recomendadas, no presentan contraindicaciones, aunque un profesional sanitario debe supervisar el programa.

En Japón y EE.UU., la mitad de la población toma estos suplementos cosméticos

Un principio activo para cada zona

En el mercado existe casi un principio activo para cada problema. Estos se toman por vía oral, son  absorbidos el intestino y el torrente sanguíneo se encarga de llevarlos a su destino. Te citamos algunos de los que se usan con mayor frecuencia.

Tratamientos capilares

Contra la caída: el extracto de alfalfa y la levadura de cerveza son dos principios activos ricos en vitaminas B5 y B6, aminoácidos, minerales –hierro, selenio y cobre– y oligoelementos. Su consumo frena la caída del cabello y estimula su crecimiento. También evita la fragilidad capilar y de las uñas. 

Para el cuerpo

Adelgazantes: los extractos de alcachofa con hinojo, kiwi o grosella negra, en cápsulas o en preparados bebibles, ayudan a quemar grasas y metabolizar los azúcares. Para quitar el hambre, glucomanano, fucus y chitosán. Drenantes: los extractos vegetales de mate, uva o el zumo de granada eliminan las toxinas y el exceso de agua. Contra la celulitis: para este fin puedes usar los activos antiedematosos –castaño de indias–, los restructurantes del tejido conjuntivo –cola de caballo– y los lipolíticos –té verde–.

Para la piel

Contra las arrugas: usa el colágeno hidrolizado y el ácido hialurónico de origen marino, junto con el manganeso y la glucosamina. Antioxidantes de tejidos: emplea el extracto seco de piel y semillas de uvas y frutos rojos ricas en resveratrol, vitaminas y polifenoles. Menopausia: para esta etapa lo ideal son los preparados con isoflavonas de soja, que actúan como fitoestrógenos, y los concentrados de soja, aceite de borraja y resveratrol, que reafirman y dan elasticidad a la piel. Fotoprotectores: los extractos de aceites de borraja, argán y sésamo y los de zanahoria, ricos en carotenoides naturales, vitaminas y betacaroteno que contribuyen a proteger las células. 

Tómalos con cabeza

Los nutricosméticos deben tomarse a diario y ser pacientes con ellos, porque sus efectos no son inmediatos. Hay que tomarlos tras las comidas para facilitar su asimilación y ni las embarazadas ni las mujeres que están dando el  pecho deben tomarlos. Tampoco quienes estén en un proceso postoperatorio.

 

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