Con el aceite que se extrae de ellas se elaboran suplementos nutricionales con numerosas aplicaciones para la salud, entre las que destacan las siguientes:
- Para la piel: Las grasas poliinsaturadas y enzimas que contiene el aceite de borraja aportan todo tipo de beneficios a la piel: mejoran su hidratación, ayudan a la regulación de la grasa cutánea, previenen las arrugas, favorecen la microcirculación, reducen la pérdida de colágeno y mejoran el crecimiento y formación de piel y uñas.
- Para el sistema cardiovascular: Favorece la dilatación de los vasos sanguíneos, reduce la formación de colesterol y ayuda a prevenir la trombosis.
- Para el síndrome premenstrual: Ayuda a prevenir las molestias características de esos días regulando la producción de estrógenos, progesterona y prolactina durante el ciclo menstrual.
- Para la inflamación: Inhibe la síntesis de sustancias inflamatorias, por lo que es beneficioso para las personas que padecen artritis reumatoide y esclerosis múltiple.
- Para el sistema nervioso: Favorece las funciones cerebrales al ayudar a la transmisión las interconexiones neuronales.
- Para el exceso de mucosidad: Sus propiedades expectorantes son de gran ayuda en casos de bronquitis y otras enfermedades respiratorias.
- Para el hígado: Se ha comprobado que tiene un efecto protector en este órgano.
¿Cómo se toma?
Es fácil encontrar el aceite de borraja en cápsulas tanto en herbolarios, como en farmacias y en otros establecimientos.
La planta se puede consumir como cualquier otra verdura, aunque los beneficios que aporta de esta manera son más reducidos que los que proporciona el aceite de sus semillas. En España es prácticamente desconocida, mientras que en Francia o Italia se considera una verdura “de lujo”.
Las flores de la borraja, de color azul, rosado o blanco, se pueden emplear como ingrediente de ensaladas.
Precauciones
Como todo extracto o planta medicinal, el consumo de aceite de borraja puede provocar efectos secundarios (como indigestión, náuseas o dolor de cabeza) o interacciones con ciertos medicamentos, por lo que es conveniente consultar al médico antes de tomarlo.
Por los posibles riesgos, su consumo se desaconseja a las mujeres embarazadas y lactantes, los niños y las personas con enfermedades hepáticas.
Cuando se cuece la borraja, el caldo resultante tiene muy escaso valor alimenticio, por lo que cuando algo en lo que teníamos puestas esperanzas nos provoca una decepción, decimos que “ha quedado en agua de borrajas”.
