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Cataratas: 7 preguntas por si tienes que operarte

Quieras o no, tus ojos se deterioran con la edad. Se pierde agudeza visual y el cristalino se vuelve más opaco. Eso son las cataratas. ¿Quieres saber cómo se acaba con ellas?

Más de la mitad de los mayores de 65 años padecen cataratas, una opacidad del cristalino derivada del envejecimiento del ojo que emborrona la visión e impide enfocar con precisión. Una cirugía sencilla y sin apenas complicaciones es la vía para solucionar ese problema de visión que es el responsable, según la Organización Mundial de la Salud (OMS), del 48% de todos los casos de ceguera en el mundo (40 millones de personas). Porque, aunque parezca mentira, todavía hay países que aún no disponen de los servicios adecuados para operarlas. Por suerte, aquí sí. Y la solución es rápida y sencilla. Pero una intervención quirúrgica nunca está exenta de riesgos.

Por eso, si has empezado a notar que ese momento se acerca, no está de más que sepas a qué te expones:

1. ¿Qué son y por qué se producen?

Las cataratas son la pérdida de transparencia del cristalino, la lente natural del ojo que se encuentra detrás de la pupila y que, a medida que pasan los años se vuelve más opaca. A través de esta lente pasan los rayos de luz hasta la retina y allí se forman las imágenes. Por ello, cuando el cristalino pierde transparencia, el paciente sufre una pérdida progresiva de la visión. El envejecimiento es la principal causa de la catarata. Sin embargo, existen factores genéticos, traumatismos, enfermedades oculares o del organismo (como la diabetes), o el consumo de ciertos fármacos que la pueden provocar.

Y también están las cataratas congénitas….

2. ¿Cómo se manifiestan?

Según el tamaño y localización de las zonas opacas del cristalino, puede no notarse el desarrollo de la catarata. Estos son algunos de los síntomas más habituales:

  • Cuando la catarata se está formando suele haber visión borrosa y, a veces, doble.

  • La luz resulta muy molesta (existencia de fotofobia).

  • Se ve mejor en los días nublados que en los soleados.

  • Empiezas a no necesitar gafas para ver de cerca.

  • Cada vez se hace más difícil conducir de noche.

  • La graduación de las gafas varía más a menudo.

  • A partir de los 50 años puede que aumente la miopía o todo lo contrario, que se produzca una recuperación de la visión inexplicable. Esto ocurre porque la catarata causa unos cambios en el cristalino que lo pueden convertir en una lente de aumento.

3. ¿Cómo se eliminan?

La única solución para eliminarlas es la intervención quirúrgica, pero es breve, indolora, de bajo riesgo anestésico y de recuperación rápida. El procedimiento más habitual es la facoemulsificación, que consiste en deshacer la catarata y aspirarla. La cirugía termina con la sustitución del contenido opaco del cristalino por una lente intraocular artificial, cuya elección depende de las características visuales de cada paciente. Para esa técnica, la mayoría de las clínicas están incorporando el láser de femtosegundo, que reproduce con una precisión micrométrica las microincisiones previamente diseñadas por el cirujano en el ordenador, al que el láser está conectado. Pese a los buenos resultados, no hay que olvidar que es una cirugía y que, como tal, no está exenta de riesgos. Una cirugía mal efectuada puede causar opacidades en la córnea, glaucoma y desprendimiento de la retina.

4. ¿Qué debes saber antes la cirugía?

Antes de encarar la cirugía, como explica la doctora Isabel Nieto, del Instituto de Microcirugía Ocular de Barcelona (IMO), hay que hacer una exploración general, comprobar la agudeza visual y qué tipo de corrección está llevando el paciente, qué tensión tiene y examinar el globo ocular». Pero la pregunta esencial que hay que hacerle es: '¿cómo ve?, ¿cómo se defiende?'. Si se defiende bien quizá se pueda esperar, pero si tiene dificultades, el paciente es candidato a operarse. Las pruebas previas dependerán de las patologías que tenga el paciente, pero la biometría, una prueba que sirve para determinar qué lente hay que implantar durante la operación, es común para todos los pacientes».

5. ¿Qué precauciones hay que observar?

«No todas las cataratas son iguales. Está la que llamamos 'catarata simple senil', que aparece con la edad y no viene con ninguna otra patología acompañante, y también las hay más problemáticas, como las que aparecen en ojos ya operados de desprendimientos de retina o vitrectomías, que pueden dar sorpresas» explica la doctora Isabel Nieto.

6. ¿La cirugía tiene complicaciones?

La cirugía de catarata tiene por objeto quitar la parte opaca del cristalino, que es la que está impidiendo la visión nítida, y sustituir esa parte del cristalino por una lente intraocular. Aunque es una intervención muy común y practicada, no deja de ser una cirugía, aunque casi nunca da problemas si se hace como es debido y se toman todas las precauciones.

7. ¿Podrás librarte de las gafas?

Si el ojo tiene una buena agudeza visual y el resto de sus estructuras no están comprometidas, Principalmente la mácula, puede que sí. «Pero, ojo –advierte la doctora Nieto–, muchas veces tendemos a confundir dioptrías con agudeza visual. Lo único que hacemos nosotros cuando operamos una catarata y ponemos una lente, es sustituir las dioptrías que tiene esa lente natural que es el cristalino (una especie de lupa natural que tiene unas 20 dioptrías) por una artificial. Y lo que tratamos de conseguir es que tras la cirugía un ojo tenga tantas dioptrías como el otro; y si se operan los dos ojos, que el paciente necesite las gafas lo menos posible».

LOS TRAUMATISMOS, LA DIABETES Y CIERTOS FACTORES GENÉTICOS PUEDEN CAUSARLAS

Así es la cirugía

Una vez realizadas las pruebas básicas (análisis de sangre, pruebas de coagulación, electrocardiograma, biometría y, a veces, topometría y conteo de las células de la córnea), el procedimiento resulta sencillo para el paciente y no suele generarle excesivo estrés. A la puerta del quirófano lo va a recibir el anestesista, que le va a poner una vía en el brazo y a través de ella le va a suministrar pequeñas dosis de tranquilizante para que esté relajado y colabore en el procedimiento. Al mismo tiempo se le va a dilatar la pupila del ojo que se va a intervenir y a desinfectar la zona. Una vez que esté preparado y tranquilo, el paciente pasa el quirófano.

Cuando está en la zona de intervención, se le pide que mire fijamente a una luz que está sobre él. La operación propiamente dicha consiste en aspirar la catarata y sustituir el cristalino por una lente artificial (en la imagen). Dura diez minutos y, en la mayoría de casos, el paciente se puede ir a casa en una hora. Eso sí, al día siguiente deberá volver a consulta para pasar un control.

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