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Hongos en los pies ¡No te la juegues!

Una puesta de sol junto a tu pareja en una calita desierta, o un relajante baño en un spa. Para muchos, esta podría ser la fórmula para un final de verano perfecto. Una ecuación en la que los hongos no tienen cabida. Darles esquinazo está en tus manos, o mejor dicho, en tus pies.

 

¿Me puede pasar a mí?

Calor y humedad son las palabras favoritas de los hongos. De ellos se sirven para reproducirse y multiplicarse. Por ello, lugares como spas, playas y piscinas, son caldo de cultivo para este problema que afecta al 70% de la población al menos una vez en su vida. También llamada “pie de atleta” o “tiña de los pies”, se trata de una infección micótica, causada por unos hongos llamados dermatofitos, que se alimentan de la queratina de la piel y atacan los pliegues que hay entre los dedos, la planta y los bordes del pie, multiplicándose a gran velocidad.

Las infecciones por hongos pueden aparecer también en las uñas (onicomicosis), mostrándose como roídas o descoloridas. Más de 1.300.000 españoles la padecen. Las lesiones que provoca, al ser indoloras, hacen que muchos pacientes piensen que es sólo un problema estético y esperan que se cure espontáneamente. Craso error, ya que la infección puede aumentar y conllevar consecuencias graves.

Sin chanclas y a lo loco

Los deportistas, las personas con pocas defensas y las propensas a que les suden los pies son los más susceptibles de padecerlos. El contagio se produce de persona a persona, por caminar descalzo (sabemos que es un gusto, pero tiene sus peligros) o por superficies húmedas (duchas, piscinas, gimnasios, alfombras de hoteles…). El problema fundamental viene porque una cuarta parte de los afectados desconoce tener hongos, por lo que pueden contagiarlos fácilmente. Por tanto, hay que aprender a reconocer un pie de atleta: los signos más evidentes son mal olor, picor o que la zona se reseque o agriete. Actuar rápidamente es fundamental para evitar que se extienda o contagiar a personas cercanas.

Consejos para prevenirlos:

  • Seca tus pies a conciencia, insistiendo entre los dedos.
  • Extrema la higiene en caso de diabetes o si tomas antibióticos.
  • Usa calzado y calcetines transpirables.
  • Mantén limpios el suelo de la ducha y del baño.
  • Deja los zapatos al sol para evitar humedades.
  • No compartas tu toalla y cámbiala con frecuencia.
  • Si te bañas en la playa, sécate bien y túmbate sobre la toalla, nunca sobre la arena.
  • El jengibre, el ajo y algunos compuestos multivitamínicos ayudan a combatir los hongos y a nutrir las uñas. Para lavarte los pies te irá bien una infusión de ajo, caléndula y tomillo.
  • Utiliza siempre sandalias de baño en gimnasios, saunas y duchas públicas. 


Un medicamento contra los hongos, oral o en loción, puede ser suficiente para olvidarte de estos gérmenes. En las uñas, basta con aplicar una laca con amorolfina.

 

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