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Dermatitis del pañal. Culito sin irritaciones

El escozor y la irritación que provoca la famosa dermatitis de pañal es un mal común a muchos niños. Pero con cuidado y estos consejos, atajarla es fácil.

Los pañales son un gran invento, pero también tienen su lado 'oscuro': la dermatitis. Más de un tercio de los bebés la sufre en algún momento de su vida entre los cuatro y los 15 meses, y eso les causa irritación, inflamación y enrojecimiento de la piel que está cubierta por el pañal, sobre todo en las zonas en contacto con los plásticos. La humedad, la falta de transpiración y la fricción, junto con las deposiciones, hacen el resto.

¿Cuáles son sus causas?

Estas dermatitis pueden deberse a diversos factores y, por tanto, su manifestación es diferente en cada bebé. Las condiciones que le predisponen a sufrirla son:

  1. Los constantes lavados y la fricción durante el cambio de pañal irritan la piel y favorecen su aparición.
  2. La falta de ventilación. El pañal impide que la piel transpire con normalidad.
  3. La humedad. Mojada y sin ventilación, la dermis no se llega a secar al no estar destapada el tiempo suficiente.
  4. La orina y las heces. Las deposiciones tienen una importante capacidad irritativa.
  5. Las bacterias de la epidermis. Estas pueden romper la molécula de la urea y transformarla en amonio, aumentando el pH de la piel haciéndola más sensible a las irritaciones y agresiones. En ocasiones también se puede producir por una sobreinfección por el hongo Candida.

¿Qué tipos existen?

Dependiendo de las causas, el bebé desarrollará una u otra dermatitis. Será el pediatra el que te ayude a identificarla y a ponerle remedio.

  1. De fricción o roce. La causan los pañales muy ceñidos.
  2. Alérgicas. Por una intolerancia de la piel a la goma o el plástico de los pañales.
  3. Por hongos del tipo Candida. Este hongo provoca un eritema brillante que afecta a pliegues, con granitos en los bordes de las lesiones.
  4. Seborreica. Es un eritema con descamación amarillenta, que puede afectar a otras zonas, como el cuero cabelludo o las cejas.
  5. Atópica. También afecta con frecuencia a otras zonas.
  6. Por una infección bacteriana. Con erosiones superficiales y/o costras amarillentas.
  7. Miliaria rubra o sudamina. Granitos rojos debido al calor.

LA FRICCIÓN Y EL LAVADO EXCESIVO DE LA ZONA PERIANAL SON FACTORES QUE LA DESENCADENAN

¿Cómo se tratan?

Además de los medicamentos que prescriba el pediatra, estos sencillos consejos pueden ayudarte a superarla.

  1. Lava la zona solo con agua y sécala con una tela algodón suave, sin jabones ni toallitas.
  2. Los pañales ultraabsorbentes ayudan a mantener la piel seca. Cámbialos con frecuencia (ocho o más veces al día).
  3. Sécale dando palmaditas o deja que se seque al aire.
  4. Coloca el pañal flojo. Si está muy apretado no pasará suficiente aire y le irritará en la cintura y los muslos.
  5. Utiliza cremas “de barrera”. Ya sea vaselina o con una base de óxido de zinc. Ayudan a que la piel se mantenga seca.
  6. Si tiene la piel muy irritada y descamada, déjale con el culito al aire sobre una toalla o empapador (incluso durmiendo) para que le dé el aire el mayor tiempo posible.

En casos rebeldes, consulta al pediatra

Si la dermatitis no remite, no dudes en visitar al pediatra para que te recete la pomada adecuada según el tipo de afección. Puede ser un corticosteroide suave en caso de inflamación intensa, una crema a base de antifúngicos (nistatina, clotrimazol y omiconazol) si es por una infección por hongos del tipo Candida, o una crema a base de eosina si el bebé ya tiene úlceras.

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