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Cosméticos: Comprueba siempre su caducidad

¿En el cuarto de baño tienes cosméticos que apenas usas? ¿No recuerdas cuándo los compraste ni cuándo los utilizaste por última vez? Entonces, ya es hora de que eches un vistazo a la fecha de caducidad de estos productos, porque si ya la han superado no se deben utilizar, a riesgo de que nos produzcan irritaciones o reacciones alérgicas.

Para que los productos cosméticos se mantengan en las mejores condiciones, se incorporan en su formulación conservantes microbiológicos antibacterianos y antifúngicos, así como antioxidantes que evitan las reacciones oxidativas formadoras de radicales libres. A veces, algunos de sus propios componentes tienen de por sí una acción conservante, como puede ser el alcohol, los aceites esenciales, el ácido salicílico o las vitaminas C y E. Los envases modernos también facilitan su conservación, ya sea en ampollas monodosis, en tarros opacos y herméticos, o con dispositivos dosificadores exactos que se cierran automáticamente.

Gracias a estas medidas, los cosméticos nos garantizan unas óptimas condiciones de estabilidad y seguridad, siempre que se empleen solo durante el periodo de duración una vez abiertos que viene indicado en el envase. Superado ese tiempo, si se utilizan hay que ser consciente de que pueden haber perdido su efectividad y sus propiedades (olor, color, consistencia), pero también haberse contaminado con bacterias. Pueden incluso producir desde una leve irritación hasta una reacción alérgica con eritema, picor e hinchazón.

No hay que olvidar tampoco que la fórmula química de este tipo de artículos puede alterarse con facilidad si están expuestos a temperaturas muy altas o muy bajas durante su transporte y almacenamiento, o por permanecer guardados en lugares demasiado húmedos o donde les da el sol, lo que contribuye a la degradación que produce el tiempo.

Uso seguro

Para usar cualquier cosmético con seguridad, lo mejor es anotar en el envase la fecha en que lo empezamos, sobre todo en el caso de aquellos que nos van a durar mucho tiempo porque se usan en pequeñas dosis o porque el envase es grande.

Cada fabricante realiza sus propios estudios para determinar la duración de sus productos cosméticos, pero como normal general, la vida útil de los mismos suele ser la siguiente:

  • Los productos para el cuidado de la piel (cremas faciales y corporales, serums...), los fondos de maquillaje, los productos de higiene corporal, los dentífricos, los colutorios y los protectores solares tienen una duración de 12 MESES una vez abiertos.

  • Los productos para el área ocular oscilan ENTRE 6 y 12 MESES.

  • Las máscaras de pestañas duran 6 MESES.

  • Los polvos compactos, las sombras de ojos y las barras de labios pueden durar ENTRE DOS Y TRES AÑOS.

Para que los productos de maquillaje no se contaminen ni se deterioren rápidamente, es necesario limpiar con frecuencia los cepillitos, brochas y esponjitas aplicadoras. 

¿Cómo sé si un cosmético está en malas condiciones?

Aunque los cosméticos que utilizas no se hayan pasado de fecha, debes comprobar siempre antes de usarlos:

  • Que siguen oliendo bien (o que tienen el mismo olor que cuando los compraste).

  • Que la textura es uniforme (si son cremas, que no se hayan descompuesto en forma de líquido o aceite).

  • Que no han cambiado de color.


En cualquier caso, si al aplicártelos te producen picor o escozor, deséchalos.
 

Fíjate en la etiqueta

En el etiquetado de los cosméticos figura su fecha de caducidad. Debe mirarse y tenerse en cuenta:

  1. Si caduca antes de 30 meses, aparecerá la fecha de caducidad mínima: “Utilícese preferentemente antes del final de…”

  2. Si dura más de 30 meses sin abrirlo, llevará un símbolo (un tarrito abierto), que indica el periodo de validez del producto una vez abierto. Por ejemplo, “12M” quiere decir que el cosmético dura 12 meses. A veces aparecen las dos indicaciones en un cosmético, la fecha de caducidad y la duración una vez abierto, y ambas tienen que ser tenidas en cuenta. 

Productos exentos

Este símbolo no es obligatorio en los envases monodosis, en los sprays, ni tampoco en los que no haya riesgo de deterioro o disminución de la eficacia que pudieran causar daño a la salud del consumidor.

 

 

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