Se trata de un problema estético, muy común que no solo envejece la mirada, también nos da un aspecto cansado. ¿Quieres combatirlas de una vez por todas? Recurre a buenos hábitos, cuidados específicos y trucos correctores para dejarlas atrás.
Utiliza contorno de ojos a diario
En esta zona la hidratación es menor porque la barrera hidrolipídica es débil y necesita una crema específica, no vale la hidratante de rostro. Las fórmulas que mejor funcionan contienen algún descongestionante (cafeína), antioxidantes como vitamina C, arándano rojo o té verde y extractos antiinflamatorios (ruscus y castaño de Indias).
Tratamientos caseros
También tienes a tu alcance algunas ayudas naturales para alisar la zona. Por ejemplo, el café. Pon sus posos en una gasa y forma una bolsita que se acople a la cuenca del ojo. ¿Y para quitar la congestión? Acude a la menta. Maja unas hojas hasta formar una pasta, impregna medio disco de algodón y déjalo reposar sobre la ojera durante 15 o 20 minutos.
Malos hábitos para tu mirada
Mantener la vista fija sobre la pantalla durante mucho tiempo y sufrir insomnio contribuyen a la dilatación de los vasos sanguíneos y al estancamiento de la sangre en la zona de las ojeras. También las propicia una incorrecta alimentación: el déficit de hierro implica mala oxigenación de los tejidos y no beber agua hace que se acumulen toxinas. Si tus ojeras están muy marcadas, no tomes el sol para evitar su hiperpigmentación.
Disimula con maquillaje
El corrector tapa imperfecciones y el iluminador resalta zonas bonitas o levanta otras más hundidas. Una mezcla de ambos cosméticos a partes iguales es ideal para rescatar unos ojos hundidos y con ojeras. En cuanto a la textura, elige un corrector hidratante y para el iluminador uno fluido y en stick. Pon el corrector en la zona oscura con un pincel y funde con las yemas de los dedos presionando.