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Guía del buen trato: Los mayores lo merecen

La Sociedad Española de Geriatría y Gerontología ha elaborado una guía orientativa para ayudar a que el maltrato a los mayores deje de ser invisible a los ojos de la sociedad.


Todos y cada uno de nosotros deseamos y tenemos derecho a ser tratados bien. No obstante, en determinados momentos y situaciones somos tratados de forma inadecuada. Muchas personas mayores experimentan esta misma situación, tanto en el ámbito familiar como en el ámbito institucional e incluso en cuanto a la imagen de ellos que se da en los medios de comunicación. Esta posibilidad conduce a la necesidad de detectar las diferentes señales de alarma cuya presencia pone en peligro el buen trato hacia las personas mayores. De ahí que la Sociedad Española de Geriatría y Gerontología haya creado la Guía del Buen Trato a las Personas Mayores, cuyo objetivo es ayudar a las instituciones, familiares, cuidadores e incluso a los propios mayores a detectar signos que evidencien una posible situación de rato inadecuado o la posibilidad de que ocurra.

Señales para actuar

Los geriatras de la SEGG reconocen diferentes señales de alerta, pero para confirmar una situación de malos tratos es necesario realizar una evaluación pormenorizada y en profundidad no solo de la persona mayor afectada, sino también del responsable del posible maltrato y del contexto de la situación.

La SEGG clasifica de esta forma estas señales de alerta que todos debemos tener en cuenta a la hora de detectar y/o prevenir un posible maltrato, ya sea por acción u omisión:

  • Señales físicas: Presencia de úlceras, pérdida de peso inusual, deshidratación, malnutrición, carencia de ayudas físicas (gafas, audífonos, dentaduras postizas, etc.), falta de higiene o ingresos frecuentes en el hospital.

  • Señales psicológicas y/o emocionales: La persona siente cólera, ansiedad, baja estima, depresión y falta de comunicación, se queja de que se la trata como a un niño, es ignorada, aislada o que no se respeta su intimidad.

  • Señales sexuales: Son consecuencia de agresiones y relaciones no consentidas (lesiones en la zona genital, enfermedades venéreas...).

  • Señales económicas: La persona mayor sufre robos, se utilizan sus bienes y su dinero sin su consentimiento.

  • Señales sociales: Derivadas de estereotipos negativos asociados al envejecimiento: que son pasivos, improductivos, intolerantes, conservadores, dependientes... Además, la escasez de políticas y recursos sociales para poder permanecer en el domicilio, la presencia de barreras arquitectónicas, la falta de geriatras en atención sanitaria o negación de tratamientos por razones de edad son ejemplos de falta de buen trato.

Bien tratados en todos los aspectos

  1. Buen trato en la familia: La familia no debe decidir por los mayores. Ellos deben tomar sus propias decisiones.

  2. Buen trato en el centro de salud: Deben promoverse acciones que favorezcan la autonomía física y social de los mayores para prevenir su dependencia funcional.

  3. Buen trato en el hospital: La mayoría de los recursos hospitalarios no están adaptados a las características de los pacientes ancianos. Pretender que un paciente anciano y con uno o varios síndromes geriátricos se adapte al sistema sanitario en lugar de adaptarnos nosotros a ellos es definible como ausencia de buen trato.

  4. Buen trato de los vecinos: La comunidad debe conocer y reconocer el valor de las personas de edad avanzada y su papel protagonista en la vida de la comunidad. Los mayores han de saber que cuentan con los mismos derechos y deberes que el resto.

  5. Buen trato en la ciudad: A los problemas de movilidad se añaden las limitaciones visuales y auditivas frecuentes en las personas mayores. Debemos crear ciudades accesibles y adaptadas desde todos los puntos de vista: circulación del tráfico, zonas peatonales, señalización, sonoridad...

  6. Buen trato en los medios de comunicación: Es necesario que los medios muestren el envejecimiento como una etapa más de la vida, incluyendo a las personas mayores en todo tipo de informaciones en plano de igualdad con los demás, evitando el lenguaje peyorativo y discriminatorio que contribuye a reforzar los estereotipos sociales. No deben caer en el paternalismo y sí huir del dramatismo y del sensacionalismo.

¿Cómo quieren ser tratadas las personas mayores?

  • Con respeto, amabilidad y afecto, como el resto de las personas.

  • Quieren que se les permita expresarse y ser escuchados.

  • Quieren ser informados de forma clara y detallada sobre sus enfermedades y sobre las posibilidades diagnósticas, terapéuticas o de cuidado que existan.

  • Quieren elegir por sí mismos y que no se les presione al tomar decisiones sobre su salud, su lugar de residencia o las ayudas sociales que quieren recibir.

 

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