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Tu próstata, a examen

Cada año se diagnostican en España 18.000 nuevos casos de cáncer de próstata, y gracias a que la mayoría de ellos se detectan de manera precoz, es posible abordarlos con éxito. Pero hay otros trastornos que afectan a la próstata que se pueden controlar bien con tratamiento médico.


La próstata es una glándula del aparato genitourinario masculino. Se encuentra por debajo de la vejiga. Su función es la de producir semen, el fluido que contiene el esperma.

La glándula prostática crece lentamente a lo largo de la vida, pero a partir de los 40 años comienza a aumentar más rápidamente. En cuanto al crecimiento de la próstata, puede presentar dos tipos de problemas: 

Hiperplasia benigna de próstata

La gran mayoría de los trastornos de próstata son de este tipo. Consiste en un agrandamiento excesivo de la glándula prostática, que va oprimiendo gradualmente la uretra y, como consecuencia de ello, aparecen dificultades para orinar y otros problemas relacionados con el aparato urinario, como:

  • Incontinencia o incapacidad para orinar (retención urinaria).

  • Dificultad para comenzar a orinar.

  • Chorro de orina débil.

  • Urgencia urinaria fuerte y repentina.

  • Necesidad de orinar dos o más veces por noche.

  • Vaciado incompleto de la vejiga.

  • Goteo al final de la micción.

  • Micción dolorosa u orina con sangre (pueden ser indicios de una infección).

  • Estas molestias interfieren en las relaciones sexuales.

Estas molestias pueden inducir indirectamente la aparición de infecciones urinarias e incluso producir síntomas irritativos en la vejiga y otros con repercusión en los riñones que acaben provocando una insuficiencia renal.

La hiperplasia benigna de próstata afecta a más del 50% de los varones mayores de 50 años. Muchos de los afectados tienen solo síntomas leves, pero estos tienden a ser más acuciantes ya cumplidos los 60 años.

Padecer este trastorno no aumenta el riesgo de cáncer de próstata.

Cáncer de próstata

Es un crecimiento prostático de tipo maligno. Su incidencia aumenta con la edad: más de 70% de los hombres diagnosticados de cáncer de próstata son mayores de 65 años.

La predisposición genética parece también desempeñar un papel en la formación del cáncer de próstata, en particular en las familias en las que hombres menores de 60 años fueron diagnosticados con esta enfermedad. El riesgo de padecer cáncer de próstata aumenta en relación con el número de familiares cercanos que tienen cáncer de próstata.

Hoy en día, el cáncer de próstata es el tumor más frecuente en varones, aunque probablemente es uno de los más fáciles de diagnosticar y de tratar si se detecta a tiempo. De hecho, en los últimos veinte años, la tasa de supervivencia del cáncer de próstata ha aumentado de 67 a 97%.

Los síntomas de esta enfermedad son semejantes a los que produce la hiperplasia benigna de próstata o incluso la prostatitis (inflamación de la próstata, más frecuente en varones jóvenes). Por lo tanto, es imprescindible realizarse a cabo todas las pruebas necesarias para identificar exactamente el origen del problema.

Por lo general, en el caso del cáncer de próstata, las molestias urinarias no aparecen desde el principio de la formación del tumor, sino cuando este está ya desarrollado y se ha diseminado ya fuera de la próstata, momento en el que su pronóstico es menos favorable.

Más del 50% de los hombres no ha ido nunca al urólogo

La encuesta “Conocimiento social sobre el cáncer de próstata”, realizada en España, en la que se ha recabado la opinión de dos  mil españoles (hombres y mujeres) de entre 40 y 65 años, ha desvelado que el cáncer es la enfermedad que más preocupa a los españoles, por delante del Alzheimer, las enfermedades coronarias y el sida.

Preguntados concretamente sobre cáncer de próstata, lo sitúan en el quinto lugar en cuanto a preocupación, por detrás del cáncer de pulmón, mama, páncreas y colon, y a pesar de ello, más del 50% de los encuestados reconoce sentirse poco o nada informado al respecto.

Un 96% de los encuestados reconoce la importancia de las revisiones periódicas y un 94% considera importante o muy  importante el diagnóstico precoz para optimizar el tratamiento de la patología. Sin embargo, más del 50% de los hombres encuestados reconocen no haber acudido nunca al urólogo.

Alimentos preventivos

La alimentación juega un papel fundamental en la prevención y control de los problemas de próstata. Algunos de los nutrientes más beneficiosos son:

  • Verduras de hoja verde, frutos secos y germen de trigo. Son ricos en vitamina E, que tiene propiedades antiinflamatorias y antitumorales.

  • La soja (y sus derivados) y otras legumbres: Sus isoflavonas ayudan a disminuir las hormonas responsables de la hiperplasia benigna de próstata.

  • El pescado azul: Sus ácidos grasos omega3 protegen del cáncer.  

Ponte a prueba ¡Anticípate!

El Consejo Nacional de Salud Prostática de la Asociación Española de Urología insiste en que las pruebas para detectar  enfermedades de la próstata deben realizarse a partir de los 50 años, salvo en los casos en que se tengan antecedentes  familiares de cáncer de próstata, en los que las revisiones deben comenzar a los 40 años.

Estas pruebas tienen el objetivo de detectar cualquier signo de enfermedad prostática antes de que el hombre presente síntomas. Las más habituales son:

  • Un análisis de sangre para identificar la cantidad presente en ella de una sustancia llamada antígeno prostático específico (PSA), producida por la próstata. Si la cantidad es elevada, hay sospecha de algún problema prostático.

  • Una exploración de la próstata (tacto rectal), en la que el médico busca zonas duras o abultadas.

  • Una ecografía urológica, que ofrece una imagen de la próstata y de las áreas próximas.

Es tu turno: Si ya has cumplido los 50 y todavía no has ido a hacerte un chequeo al urólogo, deja de perder el tiempo y pide cita ya. Tienes que acudir al menos una vez al año.

 

 

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