15 razones de peso para adelgazar ¡Es tiempo de dieta!

¿Has ganado algunos kilos durante las vacaciones y quitártelos de encima es tu prioridad de cara al otoño? Si es así, no está de más que revises tus motivaciones para hacer dieta: serán muy útiles para luchar contra las tentaciones. Aquí te damos algunas buenas razones para ponerte manos a la obra.


Es la asignatura pendiente de muchos. Con el paréntesis del verano la dejamos para septiembre y ahora, entrado ya el otoño, es hora de aprobarla. Para no fracasar en este empeño, es bueno buscar una motivación que te estimule a seguir adelante. Dicen los estudios que la mayoría (el 83 por ciento) de los españoles que son conscientes de que deberían bajar de peso, lo harían por salud; otros porque sus kilos de más afectan a su equilibrio emocional (78 por ciento), a su vida sexual (58 por ciento) y a la búsqueda de trabajo (65 por ciento). Cualquier motivación es buena. Vale aferrarse, por ejemplo, a esa ilusión loca que te haría volver a ponerte tus vaqueros favoritos que hace años que no te cierran; vale también concentrarse en el objetivo de dejar a todos con la boca abierta en la próxima reunión familiar. Cada uno debe buscar el estímulo que le funcione y tenerlo bien presente cada vez que aparezca la tentación (que lo hará) de tirar la toalla.

Aquí te presentamos algunos buenos motivos para perder kilos, pero si te cuesta encontrar el tuyo prueba con estos dos ejercicios fáciles.

Primero: dedica unos minutos al día a imaginarte de manera vívida y detallada tal y como serías con el peso adecuado. De esta manera, tu mente te indicará cuál será la recompensa que te servirá de motivación para el esfuerzo.

Y segundo: haz exactamente lo contrario e imagínate qué pasará en un futuro si no te comprometes a adoptar hábitos saludables para conseguir un peso adecuado… ¿Cuáles serán las consecuencias en tu salud? ¿Y en tus relaciones? ¿Qué hábitos alimenticios les dejas a tus hijos? ¿Cómo te sientes? Si no te gusta lo que ves, el deseo de cambiarlo será tu motor.

1. Simplemente, vivirás más

Porque evitarás uno de los factores de riesgo más importantes para las enfermedades cardiovasculares, que son, en España, una de las primeras causas de fallecimiento, junto con el cáncer y las enfermedades del sistema respiratorio. La incidencia de la hipertensión en adultos con sobrepeso es tres veces mayor que en adultos sin sobrepeso. Además, son más propensos a tener altos niveles de triglicéridos en sangre y colesterol LDL (el malo) y bajos niveles de colesterol HDL (el bueno). En resumidas cuentas, como consecuencia de todos estos factores, si te sobran kilos tendrás el triple de posibilidades de sufrir un infarto o un accidente cerebrovascular.

2. Tendrás menos papeletas para sufrir un cáncer

La reducción de peso conlleva una disminución de las proteínas asociadas a la angiogénesis (es decir, la formación de vasos sanguíneos nuevos) que requiere el tumor para su crecimiento y proliferación. Por el contrario, la obesidad y el sobrepeso están relacionados con un aumento de las probabilidades de sufrir distintos tipos de cáncer, como el de esófago, colon, recto, hígado, vesícula biliar, páncreas y riñón, mama y útero. Se calcula que el riesgo adicional de sufrir este tipo de enfermedad es un 50 por ciento mayor que en personas que cuentan con un peso normal.

3. Dormirás mejor...

Con todas las recompensas que eso implica, porque el sueño es imprescindible para la recuperación física, celular, de los mecanismos de nuestro sistema inmunitario, de la memoria... Tiene, además, una función indispensable para adaptarse al ambiente, para restaurar los mecanismos de neurotransmisión cerebral y para equilibrar las emociones. Sin embargo, los kilos de más añaden presión al corazón y los pulmones, que tienen más problemas para respirar y conseguir oxígeno durante el sueño. Por eso es frecuente que se produzca apnea, que es una interrupción de la respiración mientras se duerme. Son episodios breves, pero suficientes para provocar frecuentes microdespertares que, al final, provocan que la arquitectura del sueño normal se rompa. Cuando los pacientes no logran tener un sueño profundo y regular, se acumula el cansancio y hacen su aparición la irritabilidad y la falta de ánimo y energía para afrontar el día.

4. …Y la persona que duerme junto a ti, también

Es posible que tu pareja también sea más duradera y feliz porque perder peso reduce los ronquidos. Un estudio de la Universidad de Florida observó que perder tres kilos dividía casi por la mitad el número de ronquidos por hora y que adelgazando más de 7,5 kilos, el ruidoso hábito tendía a desaparecer. ¿No merece la pena intentar adelgazar para ahorrarte los codazos y chasquidos por la noche y las malas caras y los reproches al despertar?

5. Mejorará tu potencia sexual

Otra ventaja de la que se beneficiará tu vida de pareja. Tres de cada cuatro españoles piensan que el exceso de peso puede afectar de manera negativa a las relaciones sexuales y no se equivocan. Está demostrado que las personas obesas tienen un menor número de encuentros íntimos. Entre los hombres, el principal problema es la disfunción eréctil, que aumenta hasta en un 40-50 por ciento frente a aquellos que tienen un peso normal. Los hombres con exceso de peso suelen sufrir una reducción en la producción de testosterona, lo que afecta a la libido y a la calidad de la erección.

6. No te dolerá tanto la espalda

Porque una de las causas más frecuentes de las molestias crónicas es esa mochila de kilos extra, que aumenta la carga sobre la columna y obliga a la musculatura a hacer mayores esfuerzos para mover el cuerpo o mantener las posturas, lo cual facilita su contractura y la aparición del dolor. El riesgo aumenta si a ello se añade el sedentarismo, la falta de fuerza muscular, la inactividad física o el mal estado de salud general. Aunque ante la presencia del dolor parece que el cuerpo nos pide reposo y evitar esfuerzos para aplacar el malestar, lo recomendable es estar activo, ejercitar la musculatura para que pueda desarrollarse y ganar fuerza y cumplir las normas de higiene postural.

7. Tus articulaciones estarán bien engrasadas por más tiempo

No solo la espalda y la columna sufren el impacto de los kilos, las articulaciones también lo acusan y con el tiempo acaba haciendo su aparición la artrosis, sobre todo en caderas, rodillas y tobillos. Los estudios indican que las personas con sobrepeso ven disminuida su calidad de vida y su capacidad productiva laboral y familiar antes de cumplir los 50 años.

8. Esquivarás la diabetes

De todas las enfermedades graves, la diabetes de tipo 2 o diabetes mellitus no insulinodependiente es la más ligada a la obesidad y el exceso de peso. De hecho, el riesgo de desarrollarla aumenta con un Índice de Masa Corporal (IMC) que esté bastante por debajo del límite de la obesidad (IMC de 30), dentro de un simple sobrepeso. Solía ser exclusiva de adultos, pero ahora se da incluso en niños. La Organización Mundial de la Salud recuerda que la diabetes puede provocar «serias complicaciones». Con el tiempo, la hiperglucemia puede poner en peligro a todos los órganos principales del cuerpo y provocar ataques cardíacos, accidentes cerebrovasculares, neuropatías, insuficiencia renal, ceguera e infecciones que pueden necesitar amputación.

9. Te olvidarás del reflujo gastroesofágico

Que no te dan tregua y mucho menos cuando estás en posición horizontal. El exceso de grasa de la cavidad abdominal aumenta la presión dentro del estómago, el esfínter esofágico (una especie de anillo muscular situado en la zona inferior del esófago) está anormalmente relajado y permite que el contenido ácido del estómago ascienda, con la consiguiente sensación de dolor, quemazón o ardor en la parte superior del abdomen o el pecho. El reflujo es una afección desagradable que puede deteriorar mucho la calidad de vida.

La diabetes de tipo 2 es la enfermedad grave más ligada a la obesidad y el exceso de peso.

10. Tu autoestima subirá enteros

Dicen los expertos que esa imagen del gordito campechano y bienhumorado es un tópico y que, si bien hay personas con sobrepeso que no necesariamente tienen problemas de autoestima y para quienes los kilos de más no suponen ningún problema y llevan una vida satisfactoria y feliz, la realidad es que la baja autoestima es un rasgo muy común. Se llega a esa situación a través del cúmulo de circunstancias cotidianas: no poder ponerse la ropa que les gustaría, la imposibilidad de hacer determinadas tareas, actividades o esfuerzos, las bromas, miradas o comentarios hirientes… van mermando la capacidad de las personas para valorarse y sentirse motivadas y dan lugar a un bajo concepto de uno mismo, continuos reproches, culpa, ansiedad y frustración.

11. Reactivarás tu vida social

Perder peso y sentirte mejor contigo mismo tendrá un efecto instantáneo en tu relación con los demás. Muchas personas evitan determinadas situaciones para no mostrar su cuerpo (ir a la playa y a la piscina o las relaciones sexuales, por ejemplo, porque es donde más se expone). Pero incluso si nunca has tenido complejos, te darás cuenta de que con menos kilos podrás participar en nuevas actividades sociales como las que requieren cierto esfuerzo y agilidad física.

12. Podría mejorar tu vida laboral

Y encontrar trabajo si no lo tienes. Porque así somos y así es el mundo y, entre las muchas discriminaciones que padecen quienes se salen de los cánones estéticos establecidos, también tienen menos posibilidades de ser los elegidos en un proceso de selección de personal y el doble de posibilidades de ganar un salario bajo. Así lo demostró un estudio realizado por Slimming World, una organización británica dedicada a la pérdida de peso. El análisis encontró que los reclutadores varones son especialmente reacios a contratar a una persona con kilos de más. Uno de cada cuatro encuestados expresó que rechazaría a un posible candidato por este factor y uno de cada 10 reconoció haberlo hecho en alguna ocasión. También la Organización Internacional del Trabajo asegura en su estudio Igualdad en el trabajo: un objetivo que sigue sin cumplirse que las personas con obesidad tienen más dificultades para conseguir empleo y va más allá al afirmar que, además, estas políticas discriminatorias aumentaron en los últimos años.

13. Lo tendrás más fácil para encontrar pareja

Ya hemos visto que los kilos de más pueden suponer algunos problemas conyugales (los sexuales pueden dañar mucho la salud del amor) y que la discriminación es un hecho. Los solteros que deseen dejar de estarlo tampoco lo tendrán fácil. Una encuesta reciente concluyó que el 93 por ciento de los encuestados cree que padecer sobrepeso dificulta encontrar pareja. Un elevado porcentaje de encuestados aseguraba, además, que ser gordito supone un condicionante para la elección de la persona con la que compartir tu vida, que tiende a ser también alguien con sobrepeso. ¿Por qué? Porque «se sienten más cómodos, seguros y comprendidos» y porque muchas personas con peso normal «evitarían» iniciar relaciones con personas con sobrepeso.

14. Tendrás un motivo de depresión menos

La falta de aceptación social, la frecuencia con la que sufren exclusión y rechazo y la frustración que generan los intentos infructuosos de perder peso son el terreno abonado sobre el que pueden prosperar los trastornos emocionales como la ansiedad, los comportamientos compulsivos y la depresión. Esto es particularmente cierto en chicas jóvenes, en las que se ha podido demostrar una relación directa: cuanto mayor es el IMC, tanto mayor es el grado de depresión. Por otra parte, estos síntomas pueden conducir a buscar refugio emocional en la comida, lo que agrava aún más el problema.

15. Te verás mejor, te sentirás más guapa

Y eso cambiará el modo en el que percibes el mundo y tu manera de afrontar la vida. Para empezar, te sentirás con fuerza para cambiar más cosas que no te gustan: dejar de fumar, poner fin a una relación que no te satisface o hacer el esfuerzo necesario para preparar un cambio laboral. Si has conseguido bajar de peso… ¿por qué no ibas a poder lograr cualquier otro reto que te propongas?

En chicas jóvenes, cuanto mayor es el IMC, mayor es el grado de depresión.

 

 

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